Carta de la víctima a su familia

Jaca, a 22 martes 84.Queridos padres: Qué tal estáis, yo estoy bien. Ayer por la tarde llegué a Jaca, estuvimos cinco días en Ibort, un pueblo con casas de piedra casi todas derruidas muy antiguas. Dormimos en las tiendas. Nos llovió todos los días menos uno y la tienda se caló, el suelo se mojó y nos fuimos a dormir a la escuela del pueblo. Tirábamos tiros a las puertas y ventanas y, a veces, rebotaban las balas; tirábamos sobre las siluetas que había dentro escondidas y nos vinimos andando unos diez kilómetros.

También hicimos la Evasión y Escape. Nos despertaron a las cinco menos cuarto y nos vendaron y ataron las manos y nos llevaron descalzos con las botas al cuello. Nos llevaron en camiones a un sitio lejos, una nave vacía. Te pegaban patadas y te daban en la cara y echaban agua por la espalda.

Nos interrogaban para sacarnos información y como no decíamos nada nos pegaban. No nos dejaban mear. Nos teníamos que mear en los pantalones, y había gente que lloraba.

Nos dieron de comer puré de patatas en las manos y agua caliente que decían que era sopa. Y todo el día que nos ponían la misma canción para atontarnos y luego nos soltaron y vinimos andando a Jaca.

Nos vamos a ir de guerrillas del 30 al 16 y del 19 al 7 a La Escala, y el 9 licenciado.

Eva sigue comprando los fascículos y aprueba el curso. Bueno hasta otra. Adiós.