Demasiada democracia

El representante de un medio de comunicación soviético resumía ante un grupo de periodistas asistentes al tercer congreso de CC OO lo que a su juicio era el problema de fondo de los debates: "demasiada democracia". La práctica congresual de CC OO difiere notablemente de las que se aplican en cualquier organización mundial. El sistema de votación que se mantiene en los congresos es, posiblemente, un ejemplo de democracia y respeto, aunque ello haga que las tensiones, los ataques y las diferencias aparezcan nítidamente ante los observadores.Cualquiera de las tendencias, por minoritarias que sean, tienen siempre la oportunidad de explicar sus puntos de discrepancia ante el pleno de los delegados. Y basta un 10% del total para que pueda plantearse una lista alternativa ante la comisión de candidaturas, y que llegue, si falta acuerdo, hasta el fin del proceso.

En el caso de que las distintas tendencias del congreso no lleguen a consensuar una candidatura unitaria, el sistema electoral sirve de elemento de ajuste para que los porcentajes reales de cada sector queden reflejados en los resultados de la votación.

Disciplina de voto

A diferencia de otros congresos, en los de CC OO es cada delegado quien emite su propio voto, y no por delegaciones. Ello evita que los criterios personales queden aplastados ante la disciplina de voto de las delegaciones.

Estas dificultades de manipular las intenciones de voto, es tal vez lo que ha llevado a los dirigentes de CC OO a establecer que todos los debates queden abiertos a los observadores.

Las diferentes comisiones de trabajo dirimen sus diferencias ante los representantes de los medios de comunicación. Ello no evita, como es lógico, que se siga negociando en pasillos y buscando un acercamiento fuera de cada comisión.