Declaración oficial del Gobierno español

Éste es el texto íntegro de la declaración efectuada por el Gobierno español, ante el Consejo Ejecutivo de la Unesco, el pasado día 16 de mayo de este año. El Gobierno de España toma nota de que Estados Unidos de América, en uso de su derecho soberano y de acuerdo con lo previsto en el párrafo 11.6 del acta constitutiva, ha notificado su intención de retirarse de la organización el día 31 de diciembre de 1984.Recuerda que dicho Estado miembro está entre los fundadores e inspiradores de la organización, y que su contribución a la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación, tanto en su dimensión nacional como en el campo de los esfuerzos de cooperación internacional en el seno de la organización, son reconocidos universalmente.

Destaca que la mencionada intención, de llegar a materializarse, representaría un gravísimo daño tanto para los ideales y objetivos de la organización como para el conjunto del sistema de las Naciones Unidas, que presenta la esperanza universal de entendimiento y convivencia en paz y libertad.

Reconoce que es lógico que en el transcurso de los años la Organización de las Naciones Unidas y, en particular, la Unesco deban hacer esfuerzos para adaptarse a las necesidades cambiantes de los Estados miembros y al surgimiento de los nuevos problemas que determinan discrepancias y conflictos que es imprescindible superar.

Conscientes de que en la coyuntura actual es necesario que por los cauces de la máxima concordia y comprensión por parte de todos se habiliten los mecanismos de todo orden para llegar a acuerdos satisfactorios.

Convencidos de que una decisión de tanta trascendencia no debería, en ningún caso, adoptarse sin agotar todas las instancias y cauces institucionales, contactos de todo orden dentro de un marco de diálogo constructivo, con el fin de restablecer el consenso de todos los miembros que forman parte de la organización en la actualidad.

En consecuencia, recomienda con el máximo interés que todoslos Estados miembros, en estrecha colaboración con el director general, se esfuercen en allanar todos los problemas que al suscitar la grave preocupación de algunos Estados miembros pudieran impedir alcanzar los altos objetivos, hoy más fundamentales que nunca, que inspiran el acta constitutiva.

Expresa su vehemente deseo de que cualquier decisión que pudiera dañar gravemente el principio de la universalidad -sobre el que reposan los ideales de convivencia y progreso- no tenga efectividad hasta tanto la totalidad de los Estados miembros lo consideren en la próxima conferencia general, agotando así todos los cauces institucionales de la organización.