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Tribuna:LA ELIPSE
Tribuna
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11 lunes

Sube a casa Dámaso Alonso, después de comer, para traerme su último libro: Vida y obra. Poemas puros. Poemillas de la ciudad. Hombre y Dios. Ediciones "Caballo Griego para la Poesía". Quedo en devolverle la visita para saludar a EuIalia y tomarnos un cubata/wodka. (A Dámaso le gusta/gustaba más con naranja, como a mí). En este repaso -innecesario, pero siempre necesario- a la poesía de Dámaso más los agilísimos hilvanes en prosa que él le ha puesto, encuentro esa dubitación de nuestro gran poeta, durante toda una vida, entre la expresión cruda, un poco unamuniana, del ser que es, y el lirismo elaborado de JRJ/27, que es su ecología generacional. Me dice en la visita: "En Vida y obra digo que después de la muerte no hay nada, pero luego me reblandezco y hablo de Dios". Ha venido de gabardina, una gabardina para llevar sin lluvia:-Me voy a Oviedo a fallar el "Príncipe de Asturias". ¿Tú no estás propuesto?

-Dámaso, hombre.

Y le firmo un libro mío. A lo que iba. Que Dámaso es un enorme poeta secuestrado por un erudito y ensayista, por un sabio. Que Dámaso empezó entre Juan Ramón y Machado, más ese lirismo tan personal y rabiante (no radiante) que se expresa, exteriormente (sólo exteriormente), en el hecho de que Dámaso sea el poeta que más se ha citado a sí mismo en sus versos, por su nombre. Como que el tomo termina con aquello de que "a un río le llamaban Dámaso, digo Carlos". Después de la guerra, liberado de los ecos del 27, Dámaso hace cosas como Hijos de la ira y Hombre y Dios. Los socialrealistas le siguieron mucho. Sólo que Dámaso se rebelaba contra Dios, y los socialrealistas, a mucho poner, contra Franco. Hay un matiz. Dámaso era/es un existencialista como Quevedo y Unamuno. "A ver si una tarde os venís por casa, Umbral".

12 martes

Estreno, en el Alphaville, de No habrá más penas ni olvido, filme argentino de Héctor Olivera que es una cruda, ruda y divertida sátira del peronismo. El peronismo, cuya secuela histórica han sido los fascismos subsiguientes, hasta Alfonsín (ahora en España), era esa clase de presidencialismo que sirve para todo. Por Areilza tenemos memoria directa del primer peronismo (directa e irónica). Por este filme tenemos memoria cruenta del peronismo ecuménico que sólo sirve para que se maten todos, ecuménicamente, unos a otros, en un sincretismo que les lleva a gritar "¡Viva Perón!" tanto a la víctima como al verdugo, en el momento mismo de la ejecución. Los presidentes presidencialistas suelen tener las ideas un tanto confusas, por lo mismo que tienen o creen tener tantas ideas, y esa confusión se transfiere al pueblo, que acaba matando peronistas en nombre de Perón. El sincretismo sería bueno en política si no estuviese a un paso de la prostitución. El filme es bueno porque tiene detrás una buena novela de Osvaldo Soriano. A Osvaldo hay que agradecerle, aparte de escribir bien, que no escriba su nombre con doble uve, cosa muy latinoché y que podría hacer con perfecto derecho. El filme fue Oso de Plata en Berlín. Machismo peronista, ordenancismo caótico, presidencialismo exacerbado, irracionalismo político, son algunos de los temas que Olivera ha jugado en su filme, cuajado en sangre y humor negro. Lo dice él mismo: "Es una comedia de crímenes tratada con humor negro y cruelmente desmitificadora". Desmitificadora de ese mito tercermundista que fue el peronismo, impropio de un país tan civilizado como Argentina. La cosa pide un "epílogo para españoles": ¿Fraga?

15 viernes"

"Lo del doping de mis toros es un infundio" me dice don Victorino en el WeIlington. Efectivamente, uno cree que si sus reses dan juego, es porque tienen marcha. Pero sepa usted, don Victorino, que uno está por los toros drogados, los Grecos falsificados, las Meninas no lavadas y las democracias no moderadas. Cada cosa pide su exceso, y en él se da. (Luego, los victorinos también se caen).

17 domingo

Esta tarde, en el auditorio del Centro Colón, voy a montar mi happening sobre el strip/tease, con la rubia Eva Estel y la watusi Tanih (la llamamos cariñosamente watusi). Tipo ocho. Las dos son pura Gran Vía, de modo que me devuelven a mis años de rosas y sexo, cuando uno también era "pura Gran Vía". Los tres hemos trabajado duro durante varias noches. El strip/tease es hoy un género pasado, decadente, superado, y por eso hay que cultivarlo entrañablemente, ya sin lascivias represivas. Como me dice Ana Belén, "lo cutre también somos nosotros". Calcutta y Crazy Horse impusieron en el mundo el desnudo integral y directo, para hombres y mujeres. Los actores estaban, ya, vestidos sólo de su desnudo, y tenían que ser otra vez actores. Antes había bastado con quitarse la ropa a ritmo de algo. El ST es/ era adorablemente convencional, porque ninguna mujer se desnuda así. El ST es una manera de no desnudarse desnudándose. La bella desnuda, queda vestida de rito. El ST, como rito y ritmo camp lkitsh, requiere un tratamiento irónico, que es el que vamos a intentar darle. La ironía es la forma mental de la ternura. Haremos a tres el strip/test, o sea que vamos a pasar por el ST diversas épocas y culturas, sometiéndolas así a crítica. Quizá acabamos de inventar el trip/crítico. Marléne deflagra a Kant soltándose un broche de la liga. Rita se carga el new deal quitándose un guante. Utilicemos, pues, a Eva y Tanih como dulces armas arrojadizas.

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