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Dos detenidos en Francia tras el atentantado de los GAL en Biarritz

Dos personas, cuya identidad se desconoce, fueron detenidas el viernes por la policía francesa poco después de cometerse en Biarritz el atentado en el que resultaron gravemente heridos los refugiados vascos Tomás Pérez Revilla y Ramón Orbe. Los dos fueron trasladados a Bayona y se encuentran hospitalizados en una unidad especial para quemados. Aunque no se teme por sus vidas, se afirma que las lesiones son graves.El atentado, reivindicado por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), ha provocado un aumento de la tensión en la zona vasco-francesa, donde, en esta ocasión y pese a que causó heridas a otras cinco personas, no se han registrado manifestaciones de protesta. Antes bien, se detecta un clima de miedo y retraimiento entre los refugiados vascos, que temen ofrecer cualquier ocasión a las autoridades francesas para actuar contra ellos.

La población francesa ha reaccionado con indignación, y en fuentes próximas a los refugiados se asegura que el atentado servirá para justificar nuevas presiones sobre las autoridades de París contra su permanencia en los departamentos del sur de Francia. El clima de inseguridad molesta a la población, y para el verano se registra un 40% menos de reservas turísticas que en años anteriores.

Los mismos medios próximos a los refugiados temen seriamente que el Gobierno galo llegue a poner en la frontera a los incluidos en la lista que las autoridades españolas han entregado a las de París. "Así se ahorran los gastos que supone el pagar el avión hasta América", afirmaban ayer mismo.

Por otra parte, en Bilbao, Herri Batasuna (HB) ofreció una conferencia de prensa a la que asistieron dos hermanos de los dos presuntos terroristas muertos en Hernani la madrugada del viernes. Dirigentes de la coalición pusieron en duda la versión oficial de los hechos, en tanto que el alcalde de aquella localidad guipuzcoana, militante de la coalición abertzale, trató de explicar la razón de la lucha armada.

También ayer el obispo de San Sebastián, José María Setién, hizo pública una carta pastoral, bajo el título Una vez más no puedo callar, en la que condena los últimos hechos violentos ocurridos en el País Vasco.

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