Ensayo general con goles de un preciosista contraataque español
ENVIADO ESPECIALLe llaman el Soso, aunque nadie sabe ciertamente cuál es la justificación de este apodo. Puede que sea su carácter algo aburrido, esa presumible dejadez que se le adivina sobre el campo o, tal vez, esa intermitencia en su gran fútbol. Lo cierto es que el Soso, es decir, Ricardo Gallego, inspirador y padrino de la quinta del Buitre, hizo ayer algo que sólo está al alcance de los mejores futbolistas del mundo, al presentarse frente al portero Burgener y batirle con una gran vaselina, como si de una penetración de balonmano se tratara. No conforme con eso, y viendo que Señor no tenía su noche (falló incluso un penalti en el minuto 77), Gallego, aprovechándose de una sólida defensa, de la inocencia suiza y de una portentosa banda izquierda (Camacho-Gordillo), catapultó a la selección española a un triunfo más que fácil, sencillísimo.
Curiosamente, el Soso estaba allí para robarle, de alguna manera, la cuarta plaza del centro del campo a Francisco. Los españoles, con mucho amor propio y, más ganas, fueron muy superiores a una selección que anoche intentaba conseguir su primera victoria frente a España. Pero tendrá que esperar, pues de 15 encuentros disputados tan sólo ha logrado empatar en dos ocasiones. Y es que los suizos jugaron con excesiva inocencia.
El encuentro, que fue muy peligroso para los españoles porque pudieron terminar con dos o tres lesionados de consideración, ha de valorarse en su justa medida, ya que en diciembre los suizos perdieron en lugares tan discretos como Costa de Marfil y Zimbabue. España mostró excelente forma física y, como apuntó Derwall, "ha consolidado una perfecta posición sobre el campo, que le permite jugar un fútbol flexible, basado en una defensa muy sólida". Todo parece indicar que el de ayer será el conjunto que abrirá la Eurocopa, ante Rumanía, ya que tanto Gallego como Rincón (los hombres que podrían estar luchando con Francisco y Carrasco o Marcos por una plaza en el cuadro titular) no se contentaron sólo con cumplir; el primero incluso se permitió el lujo de ser autor de un gran gol.
El equipo español cultivó ayer el fútbol que se verá en la Eurocopa. El fútbol de contragolpe basado en una defensa muy sólida, dos centrocampistas polivalentes que ganan las bandas y dos puntas muy móviles. Lo de ayer fue un buen entrenamiento, un ensayo preciosista, un rotundo 0-4 que infunde ánimos.
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