El presidente de la Generalitat de Cataluña ratifica de "contrarias a la verdad las acusaciones que formula el fiscal"

El presidente en funciones de la Generalitat, Jordi Pujol, declaró ayer que "las acusaciones que formula el fiscal (contra antiguos directivos de Banca Catalana, entre ellos él mismo) son absolutamente contrarias a la verdad" y añadió que no se le escapaban "las motivaciones políticas que han conducido a la actual situación". A pesar de lo cual, agregó, "continuaré actuando de acuerdo con las normas de colaboración y de mutuo ' respeto institucional que siempre han de inspirar la acción de la Generalitat y de su presidente en su relación con todas las instituciones del Estado".

La presentación, ayer, de la querella del fiscal general del Estado contra Jordi Pujol y otros antiguos directivos de Banca Catalana significó una verdadera conmoción en la vida ciudadana y política de Cataluña, aunque la noticia fuera esperada. Las muestras de adhesión al presidente de la Generalitat y de protesta por la decisión del fiscal llegadas a los locales de Convergéncia arreciaron, y los partidos de la oposición se manifestaron con prudencia y con respeto ante el poder judicial, aunque destacaron la gravedad del asunto y el peligro de un conflicto institucional y político de gran envergadura.Pujol dijo también, según estas declaraciones, distribuidas por el servicio de prensa del Gobierno catalán, que durante toda su vida no ha tenido otro objetivo que el servicio a Cataluña, "realizado en términos que he procurado que siempre fuesen constructivos; he inspirado mi actuación en la idea de que la política tiene también sus normas y principios, la transgresión de las cuales", agregó, "es, tarde o temprano, perniciosa para todos". Lamentó a continuación que algunas personas se vean involucradas en un asunto judicial "que no les habría afectado sin las connotaciones políticas que mi presencia ha introducido", y señaló que a partir de este momento el asunto queda en manos de los tribunales y, por tanto, "completamente fuera de toda influencia política". La seguridad de la independencia del poder judicial "hace expresar la confianza en el desenlace final de esta querella", añadió.

El presidente catalán advirtió del "grave peligro- de dejarse arrastrar a situaciones de crispación y de enfrentamiento: "Muy a menudo los enemigos de Cataluña y de la autonomía han jugado la carta de la provocación", dijo, después de agradecer las muestras de adhesión que está recibiendo.

Iniciativa de concentración

En diversos medios se señalaba ayer la posibilidad de que círculos próximos a Convergèncíi Democrática (CDC) organizaran protestas en la calle. Fuentes oficiales de este partido precisaron ayer que si bien habían sondeado la viabilidad de convocar algún tipo de movilización, "el respeto que nos merece el poder judicial lo desaconseja; seria mal interpretado". Otra cosa, señalaron, es. que desde Convergència "veamos con simpatía" la iniciativa de concentrarse ante la sede del Parlamento catalán el día de la sesión de investidura -el próximo martes 29-, que según dichas fuentes se está fraguando "de forma espontánea y autónoma" por parte de militantes y simpatizantes del partido.

Los consellers en funciones del Gobierno de la Generalitat se reunieron ayer con Pujol y le expresaron su adhesión personal política e institucional, según el gabinete de prensa de la Generalitat. Entre otras adhesiones ayer se dio a conocer la del Gobierno de Cantabria, cuyo porta voz afirmó su confianza en Pujol "como principal dirigente de los procesos autonómicos del Estado español".

En círculos convergentes se matizaba ayer el alcance de las palabras pronunciadas por Miquel Roca el martes, en las que el portavoz de la Minoría Catalana acusó frontalmente al presidente Felipe González de ser responsable de la querella. Roca, según estas fuentes, lo que quiso expresar es que el jefe del Ejecutivo es el responsable político de las decisiones de uno de sus subordinados, el fiscal general del Estado. Medios de la Magistratura de Barcelona expresaban ayer en privado su irritación por esas acusaciones, que interpretaban como un "menosprecio a la independencia del poder judicial".

Miquel Roca afirmó por la tarde, horas antes de que se distribuyera el comunicado de Jordi Pujol, que no habría ' nuevas declaraciones sobre la querella de Banca Catalana por haber entrado el tema en la vía judicial, "porque creemos en la independencia de la justicia".

Respuesta del Gobierno

El presidente del Gobierno, Felipe González, al término de su reunión con Carlos Garaikoetchea, en unas declaraciones a Radio Nacional afirmó que si de algo había pecado en el tema de Banca Catalana, había sido de lealtad personal"; calificó de nerviosas y contradictorias" las declaraciones del día anterior de Roca Junyent y afirmó que le encantaría que algún líder político le dijera qué hacer con Banca Catalana en sus circunstancias.

Alfonso Guerra negó ayer que el Gobierno haya intervenido en la presentación de la querella: "No ha habido ninguna presión del Gobierno, ni ninguna filtración", dijo. Guerra rechazó las acusaciones de Roca, considerando que estaban "fuera de tono, no tienen sentido y son producto de la excitación".

Los socialistas catalanes del PSC calificaron ayer oficialmente el tema de "políticamente grave", y añadieron que lamentaban profundamente "que se haya llegado a esta situación".