La cuenca alta del Manzanares será parque regional

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó en su reunión de ayer el proyecto de ley del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, cuyo objetivo fundamental es velar por la protección ecológica de toda una extensa área de varias decenas de miles de hectáreas, comprendidas entre el límite norte del monte de El Pardo y la denominada Cuerda Larga, estribación montañosa que separa los valles del Lozoya y el Manzanares. Los terrenos del monte de El Pardo, que forman un continuo con los del parque regional, quedan excluidos del ámbito territorial de la ley y sujetos únicamente a la administración del Patrimonio Nacional, como este último pretendía (ver EL PAÍS, 21 y 22 de febrero pasado).Eduardo Mangada, consejero de Ordenación Territorial, Medio Ambiente y Vivienda de la Comunidad de Madrid, anunció ayer en una conferencia de prensa el envío del proyecto de ley a la Asamblea, para su aprobación con carácter urgente. Mangada definió el proyecto como una de las actuaciones más importantes del Gobierno regional, que va a dar satisfacción a amplios sectores sociales que durante años han insistido en la necesidad de dar protección legal a los terrenos comprendidos entre la sierra de Madrid y la capital.

El proyecto alcanza también el monte de Viñuelas, que, aunque no pertenece propiamente a la cuenca del Manzanares, se ha incluído por considerarle igualmente una reserva natural que hay que salvar de la degradación. Tanto el monte de Viñuelas como todos los terrenos de la cuenca del Manzanares, según reza en la exposición de motivos el proyecto de ley, se encuentran en la actualidad amenazados seriamente por proyectos urbanísticos, explotación de canteras y otros factores contaminantes y degradantes, que además, han forzado el abandono de los tradicionales trabajos agricolas, y corren el peligro de convertirse en solares expectantes. El proyecto de ley prevé, precisamente, una potenciación de las actividades económicas de la zona.

El proyecto de ley no recoge la idea básica de diferentes organizaciones ecologistas madrileñas, que siempre han pugnado por un área única de gestión, desde la Cuerda Larga hasta la Casa de Campo, incluido el actual monte de El Pardo. Incluso Mangada abogaba por esta fórmula de gestión unificada, aunque advirtió que, si los responsables del Patrimonio Nacional insistían en conservar su competencia exclusiva en los terrenos de El Pardo, la comunidad no tendría más remedio que aceptarlo y redactar una ley para el resto del territorio, como ha sucedido.