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Repercusiones del real decreto sobre reglamentación deportiva

Los presidentes federativos han preparado la destitución de Cuyàs al frente del Comité Olímpico Español

JUAN MORAEl deporte español no quiere a Romà Cuyàs como presidente del Comité Olímpico Español (COE) desde que sacó el decreto que limita a los presidentes de federaciones deportivas sus reelecciones. Todo está preparado para que cese antes del 20 de mayo. Jaime López Amor, director de deportes en la etapa de Jesús Hermida al frente del Consejo Superior de Deportes, o Alfonso de Borbón, presidente de la Federación Española de Deportes de Invierno, será el sustituto. En la asamblea extraordinaria que decidirá su cese, sólo tendrá 8 votos incondicionales a su favor; quizá pueda doblar el número y llegar a los 20. De cualquier forma, insuficientes para hacer frente a los 96 que van a votar en su contra. Con 78 ya es suficiente para hacerle abandonar el cargo.

El 10 de marzo de este año, Pastor López, presidente de la Federación Española de Boxeo, protagonizó el primer levantamiento contra Cuyàs. Tras una amplia exposición, resumió: "Esto es un desastre, no hay dinero, no contestas a nuestras cartas, no te pones al teléfono, todo son trabas burocráticas, estás haciendo gestiones a nuestras espaldas y hasta puedo decir que nos están engañando". Cuyàs le recordó que el turno de palabra tenía un tiempo limitado y le cortó. Los asistentes a la protocolaria reunión de federaciones, respiraron. Jamás habían presenciado un ataque tan duro. Les quedó la duda de si tenía razón Pastor López.El 27 de marzo, por la noche, Cuyàs llamó por teléfono a Luis Soriano (motociclismo), Segura de Luna (baloncesto) y Miguel Company (vela). Les notificó que al día siguiente saldría el real decreto que les impediría seguir como presidentes de sus respectivas federaciones. Quien más y quien menos ya sabía algo. En las semanas anteriores, Cuyàs había tranquilizado a todos, diciéndoles que antes de cualquier cambio hablaría con ellos y que, de cualquier forma, no les iba a afectar.

Cuando se hizo público el real decreto, todos los presidentes se acordaron de las acusaciones de Pastor López. Tenía razón. Les había engañado. Inmediatamente se puso en marcha el mecanismo de defensa. Había que parar el real decreto. Y, además, cargarse a Cuyàs.

Primeras entrevistas

De Hoz (atletismo), Landa (natación), Báguena (yudo), Alfonso de Borbón, Segura de Luna y Soriano, mantuvieron repetidos contactos. De Hoz, a quien la noticia le sorprendió en Quito, fue el primero en entrevistarse con Cuyàs después de la promulgación del real decreto; le hizo ver que no se podía recortar un año en la legislatura de los presidentes que tuvieran que convocar elecciones el próximo año y que a nadie se le podía negar el derecho a la reelección. Cuyàs le dijo que había hecho el real decreto con la colaboración de un catedrático administrativo, y reconoció su inoportunidad. Días después, Cuyàs se entrevistó con Soriano y le dijo que el real decreto le había venido impuesto de arriba y que había sido un error.

Pero nadie daba un paso atrás y la conspiración ya estaba en marcha. Había que contar con el resto de presidentes. No era difícil porque el malestar era general. Se acordó que De Hoz y Soriano, como vicepresidentes del Comité Olímpico Español, convocaran una reunión. Se pensó hacerla en el hotel Mindano, pero se desestimó porque no había de qué esconderse y se encargó a De Hoz que solicitara uno de los salones del Consejo Superior de Deportes. Cuyàs no se lo negó, siempre que no entrara la Prensa a la reunión y que no se hablara del Gobierno.

Porta (fútbol) se mostró interesadísimo en acudir a la reunión, cuando hasta entonces había prácticamente ignorado cuantas reuniones de federaciones se habían hecho hasta la fecha. Ese mismo día, en otro despacho, Cuyàs hacía pública la auditoría de la Federación Española de Fútbol. A la reunión acudieron la mayoría de presidentes y se acordó recurrir contra el real decreto. También se designó como portavoz a De Hoz, porque a él no le afectaba el real decreto y porque, según Porta, "representa la federación más fuerte según la valoración del Consejo Superior de Deportes". Báguena solicitó otro portavoz, que representara a las federaciones no olímpicas. Fue elegido Joaquín Díez (pesca).

El principal acuerdo fue recurrir contra el real decreto porque "atenta contra los artículos 43.3 y 97 de la Constitución, infringe normas de procedimiento, de la Ley General de Educación Física y, Deportes y de superior jerarquía e incurre, además,, en nulidad de pleno derecho". Y, al margen de ello, había que pedir el cese de Romá Cuyàs porque habían perdido la confianza en él. Se rechazó un escrito de Báguena y se aprobó uno redactado por Landa.

Se Incorpora Castejón

A Cuyàs no se le podía cesar como presidente del CSD porque como secretario de Estado, había sido impuesto por el Gobierno. Pero sí como presidente del COE puesto que este cargo era votado por los presidentes. Éstos, en su día, le dieron su confianza. Ahora había motivos para quitársela puesto que no les había defendido. Sólo había que apelar a su supuesta incompatibilidad con la presidencia del CSD, tan debatida cuando Cuyàs quiso compaginarlas. Los presidentes no tenían otro remedio que aguantar a Cuyàs al frente del CSD, como cargo político que es, pero no estaban dispuestos a que siguiera en un cargo que es potestad de ellos el elegirlo. En ese momento, Benito Castejón, ex presidente del CSD, se alineó como uno de los más firmes defensores en la idea de que Cuyàs tenía que dejar el cargo. EL COE tiene 116 miembros. Con un tercio (39) que lo solicite se puede convocar asamblea extraordinaria. Y con dos tercios (78), cesar al presidente. Landa fue el primer firmante. El escrito ya tiene 65 firmas. Al mismo tiempo, se comenzó a realizar un sondeo entre los componentes del COE, para asegurarse que en la asamblea se votaría a favor del cese de Cuyàs. La campaña de éste con el PSOE, pese a que no es militante, en las elecciones catalanas fue determinante para que los indecisos tomaran un partido claro al sentirse criticados en sus manifestaciones: "Estos señores no quieren el cambio porque son in movilistas", "lo que queremos es agilizar el deporte", "con el real decreto pretendemos una mayor transparencia". Estos comentarios públicos fueron, además, utilizados por Convergencia i Unió para ratificar a sus hombres del deporte en la idea de que había que acabar con la gestión de un hombre impuesto por el PSOE.

Los resultados ya son hoy prácticamente definitivos. A falta de dos consultas, de los 116 miembros del COE, 96 votarán en contra de Cuyàs y 8 a favor. "Por delicadeza" no se ha consultado a Juan Antonio Samaranch, Samaranch (hijo), Victoria Ibarra, Pedro Ibarra, Alberto San Román, Jaime San Román, Dualde, Gil Navarro, Saporta y al propio Cuyàs. Éste tendrá los votos incondicionales de Segura de Luna, Company, Jesús Hermida (ex presidente del CSD), Erdocia (remo), Varez (halterofilia), Raventós (esquí náutico), Rocci (automovilismo) y Junquera (ex secretario general del CSD).

Resistencia pasiva

Mientras, Landa escribía a Samaranch y le hacía ver el peligro que existía en torno a la candidatura de los Juegos Olímpicos de Barcelona si se prolongaba la "resistencia pasiva de Romà Cuyàs". Porque Báguena está dispuesto a mostrar el panorama en que se encuentra el deporte español ante los 150 países miembros del Comité Olímpico Español y las 50 federaciones internacionales. Un deterioro de la imagen del deporte español se considera lo suficientemente grave como para perjudicar la candidatura de Barcelona.

La respuesta de Cuyàs a la solicitud de una asamblea extraordinaria todavía no ha llegado. De momento, ha convocado reunión de la comisión ejecutiva del COE para el próximo día 17. Allí tratará de llegar a una solución negociada o quizá favorable, porque de los 17 miembros de la comisión sólo tendrá a siete en contra (De Hoz, Soriano, Duque, Fonseca, Landa, Tendero y Picó) y a cuatro a favor (Dualde, Company, Navarro y el propio Cuyàs); dos no asistirán (Samaranch e Ibarra) y cuatro (Anselmo López, Puig, Rivas y Portell) estarán indecisos. Pero lo único que podrá salvar a Cuyàs es la retirada del real decreto. Cualquier decisión que tome y no sea ésta resultará insatisfactoria para la mayoría de los miembros del COE, que seguirán esperando que convoque asamblea extraordinaria para cesarle. Si no la convocara, le cesarían en la ordinaria que tiene que convocar antes del 30 de junio. Para entonces, los presidentes de federaciones volverían a estudiar la estrategia a seguir. La convocatoria la realizarían De Hoz y Soriano, como vicepresidentes del COE. Los otros dos, Dualde y Company, se mantienen fieles a quien les nombró, Cuyàs, sabedores de que si éste sigue, ellos también.

López Amor o Alfonso de Borbón, el sucesor

En el momento en que comenzó la trama para cesar a Cuyàs como presidente del COE se pensó en su sustituto. Al principio había tres candidatos, cuyos nombres, en distintas épocas, se barajaron para altos cargos del deporte español. Rafael Cavero, Alfonso de Borbón y Jaime López Amor. El primero en caerse de la lista fue Cavero. El recordatorio de la simpatía que mostró hacia el movimiento que inició Tejero el 23-F le descartó casi de inmediato.Alfonso de Borbón está apoyado por las federaciones no olímpicas. En su contra se esgrime que su salud no le aconseja todavía un trabajo intenso, su dependencia con el Banco Exterior de España y su apellido real, al estar emparejado con el Rey. Y lo que se pretende es que el futuro presidente del COE tenga independencia absoluta, deportiva y política.

Queda Jaime López Amor, que se ve respaldado por las federaciones más fuertes. Todavía nadie le ha encontrado impedimento alguno para acceder al cargo. Todos le guardan un buen recuerdo de cuando fue director de deportes -cargo que ahora ocupa Daniel Romero- en la época de Jesús Hermida.

Todavía está sin definir si, tras el cese de Cuyàs, se procedería inmediatamente a su sucesión. Hay partidarios de que la elección se efectúe en septiembre. La representación olímpica española en Los Ángeles la efectuaría Anselmo López, secretario general del COE, y jefe de misión en las últimas ediciones de los juegos celebradas.

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