Basta de fiestas bélicas
Utilizo las páginas de su periódico porque no conozco un medio mejor para expresar mi protesta por el hecho de que la Comunidad Autónoma de Madrid haya decidido -¿quiénes?, ¿cuándo?- que la fiesta autonómica sea el 2 de mayo.Me repugna, en primer lugar, que, una vez más, se elija como fiesta de pretendida identificación de un pueblo una fecha bélica. ¿Por qué no celebrar otros acontecimientos que no signifiquen guerra, derramamiento de sangre, enfrentamiento?
En segundo lugar, el 2 de mayo renueva el sentimiento antifrancés, que para nada bueno sirve.
En tercer lugar, no hay que olvidar que, en algunos aspectos, la guerra que empezó el 2 de mayo de 1808 tuvo características de guerra civil: no todos los españoles pensaban que era mejor Fernando VII que la monarquía napoleónica.
En cuarto lugar, en esta fecha se puede fijar el nacimiento de lo que luego fueron, las dos Españas y el terrible período histórico de continuo enfrentamiento entre españoles, que no acabó hasta 1975.
¿Realmente un Gobierno socia lista -lo es el de la Comunidad Autónoma de Madrid- puede celebrar festivamente el comienzo del cainismo, del vivan las caenas, de la represión, de los exilios, de la xenofobia? Para mí es casi como si hubieran decidido festejar el 18 de julio. Como una de las posibles fechas alternativas, propongo el 23 de abril, pero no como día de los Comuneros -más fechas bélicas-, sino como día de Cervantes, día del libro, día de la flor.
Supongo que también habrá otras fechas de acontecimientos agradables y realmente festivos que proponer, o ¿sólo celebramos las desgracias? / Isabel Vallecillo.