Parada no se cree culpable de la fuga y considera falsas las acusaciones

El ex director de la prisión de Madrid-2 (Alcalá-Meco) Carlos Parada, de 44 años, manifestó ayer a este periódico que no se consideraba culpable de la fuga el pasado viernes de los reclusos Rafael Bueno, Antonio Álvarez y Antonio Retuerta, una de las causas por la que ha sido sustituido de su cargo. Parada considera "falsas todas la acusaciones que se están vertiendo contra mí por parte de algunos funcionarios". El ex director, no obstante, reconoció que Alcalá-Meco es un centro de alta conflictividad.El hasta ahora responsable de la prisión manifestó a este periódico que no quiere responder a las acusaciones sobre mala gestión que distintos sectores han lanzado contra él, algunas de ellas procedentes del propio Ministerio de Justicia, porque existe un instructor que está recabando toda la información y es, en definitiva, el que en su día tiene que aportar la verdad de todo lo ocurrido.

Parada señaló que durante su mandato en Meco se ha aplicado estrictamente la ley penitenciaria y que, en el caso de los tres reclusos fugados el pasado día 20, era consciente que se habían adoptado todas las medidas de seguridad y se habían hecho los cacheos oportunos. "No se puede tener a todos los internos" añadió, "sujetos a una pared con hierros".

Escasa pena para fuguistas

En este sentido, precisó que "el riesgo que corren los internos en un intento de fuga es mínimo, ya que lo máximo que les puede caer es una falta muy grave, penada con 14 días de aislamiento. Los fuguistas, generalmente, suelen portarse bien cuando están preparando la evasión y no plantean problemas a los funcionarios; ni tan siquiera entran en la cadena de faltas, como ocurre con otros reclusos".En cuanto a una supuesta negligencia en la fuga, Parada manifestó que el día en que se produjo la evasión de los tres reclusos estaba disfrutando del permiso oficial. No obstante, indicó que, cuando se advirtió el intento de fuga, no se organizó bien el servicio, ya que los funcionarios no guardaron las mínimas garantías de seguridad al bajar al sótano donde estaban los tres reclusos. Parada, según su propio relato, había ordenado que siempre que los funcionarios bajaran a los sótanos deberían adoptar medidas de seguridad, en el sentido de quedarse alguno fuera y con las llaves, normas que no se respetaron el día de la fuga.

El ex director de Alcalá-Meco reconoció que ese día no funcionaba el sistema de seguridad de rayos infrarrojos que posee el centro en los sótanos y que hace funcionar las alarmas,"ya que estaba estropeado y su reparación depende del exterior, por lo que no es un asunto de resolución interna".

Sobre el informe elaborado por cuatro funcionarios, en el que se denuncia la mala gestión de Parada en la prisión, éste indica que "hay determinados funcionarios que no han estado nunca de acuerdo con la dirección. El informe está repleto de mentiras y falacias. No estoy de acuerdo con él, ya que solamente tengo que responder profesionalmente ante la Dirección General de Instituciones Penitenciarias".