El PSOE encarga auditorías internas para conocer el estado de cuentas en las organizaciones regionales del partido
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) realizará en mayo una serie de auditorías internas que le permitirán evaluar el estado económico de cada una de las organizaciones regionales, así como detectar la existencia de cualquier irregularidad en las cuentas, según informaron ayer fuentes socialistas. Estas auditorías se consideran imprescindibles para "aclarar el estado de cosas" ante la celebración, el próximo mes de diciembre, del XXX congreso federal del partido.
Medios socialistas señalaron que, tras la celebración de las elecciones en Cataluña, "todo el partido se volcará por completo en la preparación del congreso". Algunos sectores del PSOE, como la corriente Izquierda Socialista, ya han convocado reuniones para preparar su estrategia.Dirigentes del PSOE admitieron que el partido ni siquiera conoce en estos momentos con exactitud la cuantía de su déficit real. El secretario de finanzas de la comisión ejecutiva, Emilio Alonso, cifró el endeudamiento el año pasado en unos dos mil millones de pesetas, situación ésta que calificó de "preocupante, pero no agobiante". Ahora, el propio Alonso, utilizando un equipo de expertos procedentes del partido, y siguiendo, al parecer, instrucciones de los máximos dirigentes del Gobierno, ha ordenado la realización de auditorías a todos los niveles territoriales de las organizaciones socialistas.
Los responsables de la ejecutiva del PSOE confian en tener un detallado informe sobre el estado real de cuentas en el partido con antelación suficiente a la celebración del congreso. En medios socialistas se insiste en que "no se trata de buscar posibles casos de corrupción, sino de conocer a fondo los números". La realización de estas auditorías trata de evitar la repetición de críticas, surgidas en el interior del partido, en el sentido de que en el mismo existe cierto "descontrol".
Estas críticas, procedentes de diversos sectores del PSOE, se extienden no sólo a cuestiones financieras, sino a la coordinación autonómica, a los "pobres resultados" obtenidos hasta ahora en la operación crecimiento de militantes, a la "deficiente estructuración de las relaciones entre el partido y el Gobierno", a la política informativa y de imagen y a la "escasa voluntad de austeridad" mostrada por algunos altos cargos, especialmente en determinadas comunidades autónomas.
Muchos de estos temas serán tratados en la reunión que el próximo sábado celebrará en Madrid la corriente Izquierda Socialista. En este encuentro se discutirán algunos borradores de documentos que los críticos pretenden llevar ante el XXX congreso, en el que, se calcula, tendrán una representación, de cerca del 25%. Además de las cuestiones referentes a la organización interna del PSOE, Izquierda Socialista tratará sobre temas internacionales, autonómicos, económico- sociales y situación de las libertades.
La permanencia o no de España en la OTAN, tema que, según se considera, será uno de los puntos cruciales de discusión en el congreso, es resuelta por Izquierda Socialista, de acuerdo con los borradores de trabajo que ahora se manejan, defendiendo la neutralidad de nuestro país. También se espera que esta corriente lance duros ataques contra la política económica seguida por el equipo Boyer.
Política de pactos
Pero, en general, la postura de los dirigentes de esta corriente trata de evitar enfrentamientos con otros sectores. "Esto no es una pelea de barones", dijo ayer Pablo Castellano, considerado el hombre más representativo de Izquierda Socialista. "No pretendemos hacer ningún tipo de trabajo fraccional y sí adoptar una actitud crítica y responsable", añadió Castellano.Según sus propios integrantes, no parece improbable que Izquierda Socialista acabe estableciendo pactos de actuación en torno a determinados temas con los llamados guerristas, que se reclaman fieles a las posiciones del vicepresidente del Gobierno y vicesecretario general del partido. Esta idea sería coherente con el espíritu de política de pactos internos que parece animar a Guerra para garantizar que el congreso, el primero que el PSOE celebra estando en el poder, no registre una excesiva conflictividad.
A la reunión de Madrid, que es la primera que mantiene formalmente una corriente organizada del PSOE de cara al XXX congreso federal, asistirán, se calcula, unos 300 militantes de toda España encuadrados en Izquierda Socialista.
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