350.000 personas celebran en la plaza de San Pedro el domingo de Ramos
Unas 350.000 personas participaron ayer en la misa del domingo de Ramos que el papa Juan Pablo II concelebró en la plaza de San Pedro, en Roma, bajo un sol primaveral. El rito, que concluyó el jubileo internacional de los jóvenes iniciado el miércoles con una afluencia muy superior a las previsiones, también abrió la celebración de la Semana Santa.
Tras la bendición de los ramos y las palmas, llevados en procesión a través de la plaza por 250 jóvenes, 200 sacerdotes y diáconos, cerca de 30 arzobispos y obispos, nueve cardenales y el mismo Papa, éste ofició la misa de la pasión de Cristo.
En la homilía, al dirigirse a los jóvenes presentes, quienes enarbolaban, además de las palmas, numerosas banderas, especialmente de España, Portugal, Argentina, Perú y la República Dominicana, Juan Pablo II afirmó que "Jesucristo no cesa de ser el ideal, el más perfecto modelo de humanidad".
"Los jóvenes", añadió el Papa, miran hacia Cristo, porque juventud significa necesidad particular de un modelo de humanidad; de humanidad completa, sencilla, transparente, de humanidad ejemplar". Al final de la misa, se despidió en diversos idiomas de los jóvenes que habían participado en la celebración del Año Santo de la Redención.
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