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El Athletic ganó por la mínima y de penalti

El Athlétic ganó ayer por la mínima y de penalti. Pero el resultado es bastante engañoso porque a ocasiones el Athlétic venció por 1.000 a una. Esa una fue gol, y de las 1.000 sólo una entró. Así es que los andaluces demostraron en eso un mayor sentido de la productividad. Pero en fútbol el rendimiento se mide de otra manera y el Athlétic sigue líder y mantiene sus aspiraciones de renovar su título de campeón.El Málaga, que en la primera vuelta repartió 11 goles entre los dos equipos madrileños, fue ayer una sombra de aquel repentino esplendor. Agazapado en su rincón, de nada sirvieron la serenidad de Regenhardt o el buen sentido de Martín para salir de su área con el balón controlado, porque luego no, había nadie con quien enlazar la jugada.

El Athlétic hizo un partido clásico, arriesgando más de lo que suele ser habitual a estas alturas del curso y presionando en todos los terrenos. El descarte de Clemente, dejando inicialmente en el banquillo a Sarabia, contribuyó a aumentar la fogosidad, pero no necesariamente el orden y el concierto, en los permanentes despliegues ofensivos de su equipo, que ayer jugó como una locomotora, aunque a veces se echase en falta un gerente. La tendencia de Dan¡ a irse hacia el centro, más las subidas de los centrales, provocaron una excesiva acumulación de efectivos en las inmediaciones del punto de penalti, aunque favorecieron peligrosas incursiones por la banda derecha de Urkiaga, jugador al que se le da cuerda en el primer minuto y que ya no para hasta que el árbitro desconecta el mecanismo, hora y media después.

Con todo, fue Argote, "el mejor centrador del mundo", en acertada decisión de Javier Clemente, que no es amigo de andarse por las ramas, quien provocó los mayores peligros para el meta Fernando, incluyendo un penalti tan de libro que hubiera visto hasta Ceballos Borrego en una tarde menos desafortunada. Miguel Muñoz haría mal en olvidarse de que para que Santillana remate de cabeza necesita un centrador con temple, y que además de Cardeñosa, sólo Argote posee hoy esa cualidad en grado suficiente.

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