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Las tendencias proteccionistas retrasan la reactivación de la economía mundial, según el Fondo Monetario Internacional

ENVIADO ESPECIAL, Un llamamiento explícito a los países industriales para que procedan a una liberalización de los intercambios comerciales e incrementen las corrientes de inversión directa en las naciones en desarrollo, junto a la constatación de la mejora relativa registrada en la situación económica mundial durante el último año, se presentan como los resultados más importantes de la 22ª reunión de primavera del comité interino y el de desarrollo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, que se inicia hoy en Washington. Asisten por parte española, el gobernador del Banco de España, José Ramón Alvarez Rendueles; el secretario de Estado de Economía, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y el secretario general de Comercio, Guillermo de la Dehesa.

Como es habitual, ayer tuvo lugar el encuentro previo del denominado comité de los veinticuatro, -que representa los intereses de los países en desarrollo-, que hizo público a última hora un duro comunicado en el que se critica la política egoísta de las naciones industriales que, persiguiendo soluciones individuales de defensa frente a la crisis, reducen las corrientes de inversión real en el Tercer Mundo y levantan barreras comerciales perjudiciales, a la larga, para sus propios intereses.El comunicado pasa revista a la situación económica mundial, con especial énfasis en el comportamiento de las economías de los países en desarrollo, sobre las que señala que su evolución "sigue siendo sumamente difícil". Asimismo resalta el hecho que "la transmisión de los beneficios de la recuperación del mundo industrial a los países en desarrollo ha sido extremadamente debil". Según el comunicado "existe una asimetría entre las políticas de austeridad monetaria practicadas en los países industriales, que provocan altos tipos de interés, y las recomendadas para los países en desarrollo".

"Los ministros", según el comunicado, "observaron que la intensificación de las medidas proteccionistas en la mayoría de los países industrializados habían perjudicado al sistema de comercio multilateral y desacelerado el crecimiento del comercio mundial". "Reiteraron" añade el comunicado "que se necesitaban medidas especiales de apoyo para reavivar el ímpetu de crecimiento de los países en desarrollo".

En la reunión que hoy inicia el comité interino, órgano decisorio de la política del FMI, el tema central de discusión será el informe confidencial que, presentado por el director gerente del FMI, Jacques de Larosière, constata las mejoras experimentadas a lo largo de los últimos 12 meses en la situación general y relativa de los países miembros.

El caso argentino

Si bien es cierto que "aún no se ha salido del mal paso", como lo demuestra el caso argentino, el informe de De Larosière asegura que se han producido importantes avances en el proceso de ajuste externo, avances que se han visto concretados en: a) Se ha reducido a la mitad el déficit total por cuenta corriente de los países en desarrollo no productores; de petróleo, hasta descender en 1983 a 56.000 millones de dólares de los 110.000 millones registrados en 1981. b) El producto real bruto aumentó un 2,25% en los países industriales el pasado año y aumentará un 3% este año; y c) El comercio mundial inició una recuperación en 1983 y registrará un incremento del 5% en el año en curso.Con todo, el proceso de ajuste externo presenta ciertos interrogantes que "obligan a estar alerta" para garantizar que la recuperación económica que experimentan algunas economías, como las industriales, sea duradera y extensible al resto de los países. En primer lugar, la situación financiera debe ser "estable", lo que exige control de la inflación y de los tipos de cambio. En segundo lugar, debe producirse una expansión de la inversión productiva, lo que supone una disminución de los déficit públicos estructurales; y en tercer lugar, debe restablecerse una mayor flexibilidad gradual en rentas, subvenciones y protección de industrias.

En cuanto a la política a seguir, las reuniones del FMI y del Banco Mundial es previsible que llamen la atención sobre las dos cuestiones fundamentales que preocupan al organismo mundial. Se trata de la disminución de las corrientes de inversión directa a los países en desarrollo, por los problemas de pago que plantea el elevado endeudamiento de algunos países. Y, por otro lado, las tendencias proteccionistas registradas en los países industriales, que están provocando un retraso efectivo en la recuperación económica.

Según el informe del FMI, el año 1983 se caracterizó por una reducción demasiado drástica del valor neto de los nuevos créditos concedidos por los bancos comerciales a los países deudores.

Esto forzó al FMI y agencias afines a reforzar los mecanismos financieros de asistencia, con el fin de evitar un colapso del sistema económico mundial. Los datos indican que en los tres primeros trimestres de 1983 se consiguieron metas importantes, tales como reducir del 20% al 15% la proporción de deuda externa de los países en desarrollo no petroleros (en relación al PNB) y, en el caso latinoamericano, reducir el coeficiente del servicio de la deuda del 54% al 44% de sus exportaciones.

En el frente del comercio mundial, el informe resalta el hecho de que la libertad de comercio favorece, por encima de todo, a los países industriales, pese a que son éstos los que practican el proteccionismo con más énfasis. Estados Unidos, por ejemplo, vende un tercio de sus productos en países en desarrollo no petroleros, aproximadamente el mismo volumen que el de sus exportaciones a la Comunidad Económica Europea y Japón.

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