_
_
_
_

Una niña portuguesa, Utilizada para la mendicidad por su padre, ingresó drogada en el hospital del Niño Jesús

Amelia Castilla

La proliferación en las calles de Madrid de adultos que se dedican a la mendicidad usando como reclamo a niños de corta edad, ha sido denunciada por la oposición municipal y por multitud de vecinos. El ayuntamiento ha establecido en un centro de promoción de salud del distrito de Chamberí una unidad de recepción de niños marginados, que, una vez atendidos por un equipo de médicos y ATS, serán trasladados a centros de recogida o se pondrán a disposición de instituciones humanitarias.

Una niña portuguesa, Chana Silva, de dos años de edad, que era utilizada como reclamo para la mendicidad por su padre, ingresó el jueves pasado en el hospital del Niño Jesús con síntomas de haber ingerido varias dosis de tranquilizantes, aunque aún no se ha podido determinar con qué tipo de sustancia. Chana tenía señales por todo el cuerpo de posibles malos tratos, según informó el doctor Antonio Baño. La pequeña fue hallada junto con su padre, de 23 años, por la Policía Municipal cuando éste pedía limosna en la confluencia de las calles de Costa Rica con Arturo Soria.Los policías municipales que encontraron a ambos aseguraron que habían visto a la niña en brazos de distintas personas. Su padre, que carecía de antecedentes, pasó el viernes a disposición judicial. Casi 24 horas después de su ingreso en el centro sanitario, la pequeña fue dada de alta y se marchó con su madre.

Chana es una niña gordita y de profundos ojos negros, que casi nunca llora y apenas habla. "Cuando llegó al hospital del Niño Jesús", informaron las enfermeras que le atendieron, la pequeña estaba como obnubilada, adormecida. Presentaba síntomas evidentes de haber tomado tranquilizantes. Llena de piojos, sucia y descuidada". Sin embargo, pese a su lamentable aspecto físico, no presentaba ningún síntoma de desnutrición. Las enfermeras del Niño Jesús se encariñaron enseguida con ella. Le lavaron concienzudamente y comenzaron a despiojarla. Horas después de su ingreso jugaba tranquilamente en una cuna con la cabeza cubierta por un paño blanco para que la sustancia antipiojos que le habían aplicado actuara con más rapidez.

"Con la niña gano más"

Petronila Soto Domingo, asistenta social del citado centro sanitario, se entrevistó, horas después del ingreso de la niña, con su madre, una joven de 22 años, con tres hijos y otro en camino.

La encontró entre los muros derruidos de un edificio en la zona de Ciudad Lineal. "No tienen ni una chabola". manifestó. El padre y la madre, de 23 y 22 años respectivamente, de nacionalidad portuguesa, se encuentran en Madrid sin permiso de residencia. "Viven de la mendicidad y de lo que va surgiendo. Para primavera han conseguido un trabajo en Valladolid para recoger remolacha", aseguró la asistenta.

Hasta que ese trabajo llegue el padre de la niña, según aseguró, no tiene más remedio que salir con los niños a pedir limosna "Si salgo solo", le dijo a la asistenta social, "nadie me da dinero. Con la niña, sin embargo, sí"

La asistenta social iniciaba, poco después de conocer la situación familiar, múltiples gestiones burocráticas en la Junta Municipal de Distrito, en la Embajada portuguesa y en la beneficencia para intentar buscar una salida para la familia. "No hemos podido probar", afirmó la asistenta, "que Chana fuera alquilada para la mendicidad. Sus abuelos viven también en Madrid y se dedican a la recogida de cartones. Pueden haber sido miembros distintos de su familia los que la utilizaran como reclamo de una limosna". Chana se marchó del hospital con su madre el viernes a las cuatro de la tarde.

Es habitual en este centro sanitario el ingreso de niños en las mismas condiciones, en su mayoría hijos de emigrantes portugueses, suramericanos y guineanos, según afirmó el doctor Baño. "Nuestra función con estos pequeños es exclusivamente sanitaria, y ellos son enfermos sociales. Francamente, no podemos hacer más por ellos".

Transeúntes indigentes

En un intento de regular estas situaciones, la delegación de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha un proyecto que se ha denominado Plan de Atención a la Problemática del Transeúnte e Indigente. En lo que se refiere a la asistencia a niños marginados, se ha habilitado un local en una sala del centro de promoción de la salud del distrito de Chamberí. Los niños mendigos que sean recogidos en las calles serán trasladados a este centro para ser atendidos. Ya están preparados un par de despachos, aunque aún no funcionan por falta de personal. Dos asistentes sociales, un auxiliar administrativo y un psicólogo esperan que la Administración resuelva su traslado administrativo al nuevo centro para iniciar el trabajo.

Éstos se encargarán de la recogida inicial de los pequeños y estudiarán cada caso, para derivar posteriormente la atención de éstos hacia las distintas juntas de distrito de la ciudad o a las entidades humanitarias existentes, según manifestó Pilar García Fonseca, técnica de la concejalía de Servicios Sociales. "Tenemos la intención", aseguró García, "de trabajar con los chicos en su medio normal de integración. No queremos institucionalizar a los chavales salvo en los casos imprescindibles. Las instituciones, tal y como están montadas en la actualidad, no cubren las carencias afectivas de los niños". Un equipo de psicólogos seguirá la atención y desarrollo de los pequeños de forma permanente posteriormente. Entre las intenciones del ayuntamiento se cuenta también la posibilidad de facilitar vales de comida, guardería y colegio a los niños.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_