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Miguel Reyes,

novillero conocido como el niño de Biafra, terminó ayer una huelga de hambre que ha mantenido durante 270 horas, ante el edificio donde tiene sus oficinas el empresario de la plaza de México, Alfonso Gaona. Reyes ha puesto en práctica su lema "ser torero o morir" y no ha cejado en su empeño hasta no recibir la promesa de que será incluido en uno de los carteles del coso monumental de la capital mexicana, en un plazo no mayor a un mes. Hace dos años, actuó en la gigantesca plaza de la colonia de Nápoles, en un festejo cuyo principal atractivo radicaba en la presentación del niño torero español Juan Pedro Galán, y en aquella ocasión cortó una oreja

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