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Baloncesto: Semifinales

El Real Madrid, finalista de la Liga con la anuencia del Joventut

Luis Gómez

Primero lo intentó Fernando Martín sin demasiado éxito, pero luego lo fueron consiguiendo por orden de intervención Jackson (en un escalofriante serie de 9 disparon sin conocer el fallo), Robinson (que puso un poco de todo entre rebotes, entradas a canasta y algún tapón), Iturriaga (serie de cinco contraataques fulgurantes), Corbalán (un par de regates de aliño y una entrada a canasta con adorno y faroleo), hasta Romay (sus tapones, un par de acciones ofensivas y otras tantas asistencias), una de Rullán (singular tapón a Olivé cuando Rullán ya no se acuerda de su último tapón) y finalmente todo dispuesto para que el pequeño y entrañable Sisso lo rematara, aunque no le dio casi tiempo. En definitiva, casi todos tuvieron su espacio de exhibición. El Joventut es una joya para el Real Madrid. Le deja jugar, da velocidad al partido, fallan lo suficiente para que los contraataques vuelen y parecen voluntariosos. Así da gusto jugar.El Real Madrid es ya finalista de la Liga, un hecho hasta cierto punto lógico, y sin otro malestar especial que el que le causara el Licor 43, que fue mucho más duro que el temido Joventut. Pero es que el cuadro badalonés se ha traumado en esta temporada con el Real madrid cuando, casualmente le había cogido la medida como nadie al Barcelona. Dos circunstancias curiosas que habrá que anotarlas en el haber de un equipo un tanto bisoño. Sin embargo, y aunque perdieran en Badalona, ayer el público esperó algo más de este equipo, al menos la sensación de que intentaba vender cara su eliminación. Pero un 34-18 a mitad de primer tiempo despejó todas las dudas y entre el desastre que se veía avecinar, el técnico de Joventut, Aíto García Reneses, aguantó impasible el chaparrón sin solicitar un tiempo muerto. Lo hizo por vez primera a falta de 5.36 para el descanso y con el partido ya resuelto. En la segunda parte, de nuevo, no volvió a reaccionar hasta que faltaban 7 minutos para el final. Finalmente, eso sí, solicitó otro tiempo a 2.41 y lo hizo con cierta energía. Entonces debió reclamar algo de sus jugadores porque el Real Madrid había sacado a dos juveniles contagiados de un espíritu exhibicionista y lo cierto es que encontraban terreno abonado en el rival. A Lolo Sáinz no le hizo falta dar instrucciones. El Joventut lo puso todo demasiado fácil y desvirtuó una semifinal cuando la Liga iba por los caminos de la emoción y el espectáculo.

Así, el encuentro no tuvo otra historia que la que quisieron ponerle los jugadores madridistas, que intentaron hacer un baloncesto fácil y espectacular. En ningún momento hubo asomo de reacción. La actuación de Margall fue desastrosa aunque jugara tantos minutos como el que más. Aito había sentenciado ya la eliminatoria en Badalona.

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