Un asunto político

"El tráfico de droga se ha convertido en Italia en un affaire político que amenaza a la democracia", dijo ayer Mauricio Coletti, responsable de la campaña anti-droga emprendida por el Partido Comunista Italiano. "Este tráfico está ligado a todos los movimientos oscuros de la vida política italiana". Según Coletti, en su país existen ayuntamientos enteros presionados por la Mafia, que "ha penetrado en todas las actividades empresariales, y no sólo en el sur".Coletti aseguró que en Italia existen 350.000 heroinómanos, según datos oficiales, aunque las cifras reales parecen ser mayores. Ello supone un movimiento de unos cuatro mil millones de pesetas diarias, "el mayor negocio del mundo en la actualidad, y todo él controlado por organizaciones de tipo mafioso". Un adicto a la heroína, dijo, necesita contar con una media de entre ocho y diez mil liras, cantidad que en la mayoría de los casos se consigue con robos o atracos. Datos semejantes se pusíeron de manifiesto en el simposio Una política de Europa contra la droga, celebrado en Módena a comienzos de este mes (ver EL PAÍS del 25 de marzo).

El dirigente comunista italiano denunció la incapacidad del Gobierno de su país para hacer frente a este auténtico "reto al sistema", lo mismo que la descoordinación e inoperatividad de la policía. Miembros del PCE denunciaron, por su lado, el riesgo de "italianización" que, desde el punto de vista del tráfico de droga, corre España.