Un recluso herido en la cárcel de Carabanchel denuncia tráfico ilegal de 'whisky' en la prisión
Jesús Esteban Sánchez, un recluso de la prisión de Carabanchel, resultó herido el pasado 22 de marzo a causa de un pinchazo que le asestó otro interno, que ha sido identificado y permanece aislado en una celda de ese establecimiento penitenciario. Al parecer, el recluso agredido, cuyo estado no reviste gravedad, ha denunciado la actividad de un grupo presuntamente dedicado a introducir ilegalmente whisky en la prisión, en el que pueden estar implicados tres trabajadores contratados por el centro.El incidente en que resultó lesionado el interno Jesús Esteban Sánchez ocurrió a las 21.30 horas del 22 de marzo en la sexta galería de Carabanchel. El recluso, herido en la región lumbar con un objeto punzante, fue ingresado de inmediato en el Hospital General Penitenciario, contiguo a la cárcel, donde se apreció que su lesión no revestía gravedad. A las 24 horas de esa misma jornada fue dado de alta y al día siguiente volvió a la prisión
El pasado miércoles, Jesús Esteban Sánchez reingresó con carácter de urgencia en el Hospital Penitenciario, por causas que no han podido ser conocidas. Al parecer, esta segunda estancia en el Hospital es debida a razones de seguridad. El presunto autor de la agresión del día 22, un interno llamado Raimond Vicarizzi, permanece desde esa fecha aislado en una celda especial. Fuentes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias confirmaron ayer estos hechos, aunque se negaron a facilitar la identidad de los dos internos que participaron en el suceso.
La agresión a Jesús Esteban Sánchez está relacionada con la denuncia que éste ha efectuado de la existencia de un grupo dedicado a introducir whisky de forma ilegal en la prisión. Dos auxiliares de clínica y un fontanero, que trabajan como empleados contratados en el establecimiento penitenciario madrileño, forman parte de ese grupo, según la denuncia efectuada por el recluso agredido. El precio al que se venden en las galerías de Carabanchel las botellas del licor oscila entre las 7.000 y las 10.000 pesetas, según las disponibilidades del mercado clandestino allí existente. En relación a este hecho, la dirección de la prisión de Carabanchel ha abierto un expediente, cuyo contenido es reservado.
Las citadas fuentes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias han manifestado que se está investigando la presunta participación de los tres empleados en la introducción ilegal de whisky en Carabanchel, que, de confirmarse, provocaría sanciones inmediatas. Según esas fuentes, los empleados implicados no son funcionarios de Instituciones Penitenciarias, sino trabajadores contratados, y la introducción de licor denunciada se limitaría a dos botellas. En varias ocasiones, los medios de comunicación han informado de la existencia de un activo mercado clandestino de alcohol, drogas y relaciones sexuales mercenarias en el interior de la prisión.
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