Un joven de 22 años, vecino de la víctima e íntimo amigo de sus hijos, se confiesa autor del asesinato de Maria Teresa Mestre
El joven Ángel Emilio Mayayo Pérez, de 22 años de edad, fue detenido el pasado lunes como presunto asesino de María Teresa Mestre, esposa del industrial aceitero Enrique Salomó, procesado por su supuesta implicación en el fraude del aceite de colza desnaturalizado. Ángel Emilio Mayayo, íntimo amigo de los hijos de la víctima, ya que vivía en el mismo bloque de apartamentos, fue detenido por inspectores del grupo de homicidios de la Jefatura Superior de Barcelona, alrededor de las 19.30 horas de la tarde del lunes, en la cafetería del hotel Gaudí de Reus. Con esta detención, la policía considera prácticamente resuelto el asesinato, aunque falta por esclarecer el móvil y descubrir la sierra con la que fue descuartizado el cadáver de María Teresa Mestre.
La amistad de las familias de la víctima y del presunto asesino se remonta a la época en que María Teresa Mestre era cqmpañera de curso de la madre de Angel Emilio Mayayo en una escuela de Zaragoza. La relación se intensificó al habitar ambas familias en el mismo inmueble, el edificio Reus Mediterrani, de una urbanización de Cambrils (Tarragona). La familia Mayayo ocupa el primer piso de este edificio, mientras que la familia Salomó habita en el tercero.El gobernador civil de Tarragona, Vicente Valero, y el jefe superior de Policía de Barcelona, Agustín Linares, junto a otros mandos policiales y de la Guardia Civil de la provincia, así como el jefe del grupo de homicidios de la policía barcelonesa, dieron a conocer al mediodía de ayer numerosos detalles en torno a la detención de Ángel Mayayo, de quien los investigadores sospechaban desde los primeros días de marzo.
Asesinada el primer día
Según la confesión del detenido, efectuada alrededor de las dos de la madrugada del martes, María Teresa Mestre fue asesinada el día 9 de enero, el mismo día en que se la dio por desaparecida en el trayecto de regreso a su casa desde la estación de Tarragona, adonde había acompañado a su hija. Según la misma versión policial, María Teresa Mestre entró voluntariamente en el apartamento de la familia Mayayo para pedir un número de teléfono al joven Ángel Emilio.Cuando ya estaba en el interior del apartamento, y por razones aún desconocidas, el joven golpeó en la cabeza a la mujer con una barra de hierro, utilizada para desmontar neumáticos. Posteriormente, la descuartizó en la bañera del apartamento con ayuda de una sierra manual que, según algunas informaciones, habría ido a buscar a otra vivienda que posee su familia en Reus.
En su confesión a la policía, el presunto homicida explicó que posteriormente lanzó la sierra al río Ebro, a su paso por la localidad de Pina de Ebro (Zaragoza). El presunto asesino vive habitualmente con su madre en el piso del edificio Reus Mediterrani, pero el día de autos ésta se hallaba descansando en Pina, por lo que el joven pudo actuar con toda impunidad. El cadáver, seccionado y depositado en bolsas de plástico, fue guardado durante algunas horas en el apartamento, hasta que el día siguiente, ya denunciada la desaparición de María Teresa Mestre, Ángel Mayayo lo trasladó a su vivienda reusense, donde lo guardó durante dos semanas en un lavadero situado al aire libre.
Al anochecer del 22 de enero, el joven recogió las bolsas y las trasladó hasta el vertedero de basuras de Cambrils, donde fueron halladas cerca de las dos de la madrugada. Para empaquetar el cadáver de María Teresa, el joven Mayayo acudió hasta el apartamento de los Salomó a fin de solicitar unas cuerdas que le prestó la propia suegra de la víctima.
La policía ha intervenido en el dimicilio del presunto asesino la máquina de escribir y los folios de papel especial, de origen francés, utilizados en la confección del anónimo recibido por la familia días después de la desaparición de María Teresa Mestre, en el que se exigía la cantidad de 25 millones de pesetas para su liberación. El anónimo pretendía tan sólo despistar a la policía, según la declaración policial del detenido, al que se le ha intervenido, asimismo, la documentación de Teresa Mestre, así como un documento de identidad a nombre de Enrique Salomó, que guardaba su esposa cuando fue asesinada.
En cuanto al móvil del crimen, Ángel Mayayo ha declarado que "no sabe por qué lo hizo, aunque reconoce que lo ha hecho", según la policía, en cuya opinión el joven no presenta síntomas de desequilibrio psíquico o mental.
El jefe superior de Policía de Barcelona, Agustín Linares, señaló que los resultados de la investigación policial pueden presentar algunas contradicciones con los de la autopsia practicada en su momento al cadáver de María Teresa Mestre. Según Linares, Ias conclusiones de la autopsia pudieron haber sido elevadas a definitivas y a casi dogmáticas cuando posiblemente no lo fueron tanto a la vista de las declaraciones del supuesto asesino, que habrá que comprobar". El cadáver no fue congelado en ningún momento, y su relativo buen estado de conservación se explica por las bajas temperaturas registradas a mediados de enero y por haber sido guardado durante 14 días en un sitio totalmente ventilado y haber sido previamente desangrado.
Según los responsables policiales, hace unos 15 o 20 días que se empezó a sospechar de Ángel Mayayo. En su momento, y pese a ser amigo de la familia y haber estado junto a ella en los días previos al desenlace del suceso, el joven no fue llamado a declarar por el titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Reus, que practicó las diligencias, que sí lo hizo con otros allegados.
La versión facilitada por la policía mantiene que Ángel Mayayo actuó completamente solo y descarta la existencia de cómplices. Según un alto responsable policial, "es el primer caso en que una persona no sabe por qué ha matado a otra". El joven Mayayo ha declarado, al parecer, que "`desperté de un estado mental extraño". Este estado, sin embargo, no responde ni a embriaguez ni a toxicomanía. Aunque conocía a toda la familia, Ángel Mayayo era amigo, sobre todo, de los hijos de la víctima, Maite y Enric, de 21 y 19 años de edad.
La relación entre los jóvenes era tal que las conferencias de prensa que ofreció la familia Salomó durante los días posteriores a la desaparición de María Teresa Mestre se celebraron precisamente en el apartamento de Mayayo, el mismo en el que la mujer había sido asesinada. El presunto asesino era quien pedía la acreditación a los periodistas para poder acceder al piso.
Ángel Mayayo se encuentra en estos momentos en las dependencias de la comisaría de policía de Reus, donde ha prestado declaración en presencia de su abogado, y hoy será puesto probablemente a disposición judicial.
El destino de Salomó
En la conferencia de prensa ofrecida a mediodía de ayer, el gobernador civil de Tarragona, Vicente Valero, resaltó "la dificultad con que se encontró desde un principio la policía, ya que el caso se presentó oscuro y complejo". Añadió que "hasta hace unos días no se pudo descartar ninguna de las hipótesis barajadas en un principio". Vicente Valero felicitó a los cuerpos de seguridad por su labor, en especial a la Jefatura Superior de Barcelona, y a las comisarías provincial de Tarragona y local de Reus.El esposo de la víctima, el industrial Enrique Salomó, seguía ayer en compañía de sus hijos en un piso de Tarragona en situación de libertad bajo vigilancia policial. La Audiencia Nacional deberá decidir ahora si Salomó es internado de nuevo en la cárcel de Tarragona, en espera de ser juzgado por su presunta implicación en el fraude del aceite de colza desnaturalizado, o si se le prorroga la libertad vigilada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.