Los hermanos García Gallego abren una vía del Fitz Roy
Los montañeros murcianos Miguel Ángel y José Luis García Gallego alcanzaron ayer la cumbre del pico andino Fitz Roy, superando las duras condiciones atmosféricas y alcanzando su objetivo de abrir la novena vía de la montaña, según informaron los familiares de los alpinistas. José Luis García Gallego estuvo el pasado invierno 69 día colgado de una pared del Naranjo de Bulnes, en compañía de Miguel Angel Díez Vives, lo que constituyó una nueva marca mundial de permanencia en una pared. La escasez de vías de este pico, no excesivamente elevado, se debe a las difíciles condiciones atmosféricas que le rodean.
La autodenominada expedición española Nueva Ruta al Fitz Roy, formada por los hermanos, nacidos en Murcia, José Luis y Miguel Ángel García Gallego, partió el 2 de enero hacia los Andes de la Patagonia (Argentina) con el objetivo de abrir una nueva vía en esta montaña de 3.441 metros, por el sector central de la pared este, de 1.500 metros de desnivel, situada entre la arista suroeste (vía Terray) y el pilar este (vía Ferrari). Esta misma vía fue intentada por ellos en 1982, pero se vieron forzados a abandonar a causa del mal tiempo.La escalada se ha realizado en cordada alpina y con permanencia constante en la pared, para lo que emplearon la hamaca, cubierta por una funda de goretex, que ya empleó José Luis en el Naranjo de Bulnes cuando en 1983 permaneció con Díez Vives en la pared oeste de esta montaña, para abrir la vía Sueños de Invierno, según la denominación que ellos le dieron.
Gripe y hielo
La historia de la expedición al Fitz Roy se ha visto salpicada de percances. José Luis, el mismo día de la partida, se sintió indispuesto y fue sometido a una serie de reconocimientos en los que se llegó a la conclusión de que podía padecer hepatitis. Al Regar a Río Gallegos (Argentina) se sometió a una serie de análisis cuyos resultados fueron negativos.El día 15 de enero instalaron el campamento base a unos 14 kilómetros del Fitz Roy, del que partieron dos días después hacia la pared, que se encontraba totalmente cubierta de hielo. "Parecía un diamante", comentó José Luis.
Tardaron otros dos días en llegar a la base de la pared, a causa del peligro de avalanchas y a las grietas de los glaciares; permanecieron cinco días en una cueva de hielo. A causa del fuerte viento, el día 23 se vieron obligados a regresar al campo base. El 1 de febrero volvieron a la montaña, algo debilitados a causa de una gripe que sufrieron ambos, y llegaron al campo base con el grueso del material y víveres (unos 250 kilogramos). Todo lo transportaron ellos hasta la base de la pared, en lo que emplearon unos 18 días. En, los glaciares sufrieron varias caldas en las grietas, pero sin consecuencias.
Entre los días 12 y 16, aprovechando una racha de buen tiempo, transportaron el material incluso de noche, caminando hasta 18 horas seguidas con cargas de entre 25 y 30 kilogramos. El día 20 el viento les destrozó la tienda en la que dormían, por lo que una vez depositado todo el material al pie de la montaña, regresaron al campamento base para esperar una mejoría en el tiempo.
Poco después debieron regresar para realizar el ataque a la montaña. Una expedición argentina les vio evolucionar sobre la pared del Fitz Roy hacia el 24 de febrero. A principios de marzo, cuando ya habían escalado unos 600 metros, se vieron obligados a detener la progresión a causa del fuerte viento y las malas condiciones atmosféricas.
El jueves llegaba la noticia de estaban a 40 metros de la cumbre y que ya habían abandonado la hamaca, porque veían el objetivo a su alcance; sin embargo, una nueva racha de vientos les hizo detener momentáneamente el avance, que finalizó con éxito ayer.
Sólo ocho vías
El Fitz Roy (3.441 metros) está situado en el extremo sur de la cordillera de los Andes, en la Patagonia austral. Sus paredes son constantemente azotadas por los fuertes vientos patagónicos que en ocasiones sobrepasan los 200 kilómetros por hora, razón por la cual han sido muy pocos los montañeros que han podido subir a esta montaña. De hecho, han sido abiertas solamente ocho vías.La primera fue abierta en 1952 por el alpinista Lionel Terray, por la arista suroeste. Hasta 1964 no volvió a abrirse otra nueva vía, esta vez por la cara oeste, y desde entonces solamente se han abierto otros seis itinerarios. El último, en 1983, por un grupo checoslovaco en la pared oeste.
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