El campo del Mallorca incumple las ordenanzas urbanísticas

El estadio Lluís Sitjar no se ajusta a lo que establece el Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas y las obras de remodelación del foso y una grada dcl gol norte, que se efectuaron el pasado mes de agosto, carecen de la oportuna licencia municipal de obras y de la de actividad, que concede la Consellería de Interior de la Comunidad Autónoma, según informaciones facilitadas a este periódico por la propia consellería y por el Negociado de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma. Éste último inició un expediente de infracción urbanística y solicitó un certificado de solidez de la obra, que está firmada por el arquitecto Enrique Cortés y el aparejador Jaume Gibert. Por otro lado, se prevé que el Comité de Competición de la federación opte por clausurar el Lluís Sitjar por un partido oficial o incluso dos a consecuencia de los incidentes ocurridos el pasado domingo.El director general de la Consellería de Interior, Rafael Lacy, explicó que "el Lluís Sitjar no se ajusta en numerosos aspectos a lo establecido en el Reglamento General de Espectáculos", que fue aprobado en 1982. "Ni las gradas, ni los accesos, ni los sanitarios... se ajustan a las normas. Tampoco se ajusta la remodelación que se hizo en agosto, pero la Comunidad Autónoma no tiene competencias en este tema porque no ha recibido las transferencias correspondientes. Nosotros sólo actuamos para conceder la licencia de actividad, que no es vinculante y que está realizada por la Comisión Interinsular de Saneamiento".

El teniente de alcalde de Urbanismo, Jaume Carbonero, manifestó a este diario que "el Lluís Sitjar no posee licencia de obras de la remodelación que se llevó a cabo en el mes de agosto. Cuando nos enteramos de que se estaba construyendo una grada y un foso, pedimos al club un certificado de solidez de las obras, que nos fue remitido por el equipo autor del proyecto, debidamente firmado". Este equipo está dirigido por el arquitecto Enrique Cortés y por el aparejador Jaume Gibert y fue contratado para la remodelación por el vicepresidente del Mallorca, el constructor e industrial mallorquín José Buades Costa.

Buades justificó ayer la calidad de la obra del muro derrumbado el pasado domingo "porque se ajustaba al proyecto, con un ancho de 20 centímetros y una encimera de hormigón, con barras de hierro. Desde luego, el Mallorca no rechaza la responsabilidad que le corresponde, pero la de la obra es del equipo que llevó a cabo el proyecto".

Buades recalcó que "en el caso de que se hubiese caído una tribuna, la responsabilidad sería del club. También hay que tener en cuenta que la causa del derribo del muro fue la euforia del público, aunque esto no quiere decir que les eche la culpa a los aficionados".