Los 155 despedidos de AHM no se reincorporaron ayer a sus puestos de trabajo, aunque acudieron a la factoría
Los 155 operarios de Altos Hornos del Mediterráneo (AHM), despedidos en función del expediente de regulación de empleo aprobado por Trabajo, acudieron ayer a la factoría de Sagunto a las 6 de la mañana, tal como estaba previsto. Sin embargo, no fueron a ocupar sus puestos de trabajo cuando se les comunicó que la dirección había revocado la anulación de los despidos concedida por el director de personal, Ignacio Beristain, en la madrugada del sábado, tras permanecer más de siete horas retenido por un millar de empleados.
Los trabajadores de AHM ratificaron ayer en dos asambleas una propuesta del comité de empresa para solicitar a la dirección la apertura de negociaciones sin condiciones previas. No obstante, esta ausencia de condicionantes debe entenderse de forma relativa, ya que los trabajadores pretenden que sea un paso previo para negociar la anulación de la orden de parada del horno alto número 2, cursada el pasado 20 de febrero, y de los consiguientes despidos. Los trabajadores ratificaron la realización de una huelga de 24 horas hoy, así como una manifestación en Valencia.La decisión de los despedidos de no ocupar los puestos de trabajo, según precisó el presidente del comité de empresa, Miguel Campoy, fue adoptada por los propios interesados. "Es una cuestión que ellos mismos han decidido", dijo Campoy. "Nosotros", indicó con referencia al comité, "hicimos hincapié en que se había llegado a un compromiso de readmisión en la noche del viernes".
Como informaba ayer este diario, el INI había amenazado con el cierre patronal si los despedidos acudían hoy a trabajar. A la vista de los acontecimientos todo parece indicar que no habrá cierre, ya que se ha vuelto a la situación de desobediencia tolerada, anterior a la madrugada del sábado.
En cuanto a la apertura de un expediente disciplinario y la presentación de una denuncia por los hechos del sábado, medidas anunciadas por el vicepresidente del INI, Julián García Valverde, Campoy dijo no tener conocimiento oficial de que se hubiesen puesto en práctica.
Contrato-programa
Según el presidente del comité de empresa, tras los acuerdos de ayer se pedirá a la dirección la apertura de negociaciones "en las próximas horas". Lo que se pretende con ello es "sentarnos a una mesa y escuchar a la otra parte sin condicionamientos por parte de nadie". "Consideramos que, entre otras cosas, puede ser estudiada la situación de los despedidos y eventuales, así como las condiciones del conjunto de los trabajadores". Una de las cuestiones más importantes que los trabajadores desean debatir también con la dirección es el contenido del contrato programa elaborado por los técnicos para la continuidad de AHM, que prevé el mantenimiento de I.a cabecera al menos hasta 1985, con una inversión de 16.000 millones de pesetas y el compromiso de que se reducirá el volumen actual de pérdidas de la factoría. En relación con la retención en las oficinas del director de personal la noche del viernes al sábado, Campoy señaló: "Hay que tener en cuenta que esta situación viene provocada porque al mismo tiempo que entraron en vigor los despidos se comenzó a dar órdenes de traslado de los trabajadores adscritos al tren desbastador y la fosa del horno alto número 2, lo que llevaba aparejada la paralización de estas instalaciones. También hubo rescisión de contratos a los eventuales". Acerca de si el presunto secuestro de este directivo ha dificultado las posibilidades de negociación, el presidente del comité dijo que por encima de todo está la responsabilidad para negociar, si bien los acontecimientos de la madrugada del sábado constituyen "un handicap que está ahí y vamos a tratar de superarlo".
La dirección continúa manteniendo un corte de sumistros que hará paralizarse por sí solos a los dos hornos altos en funcionamiento -el 2 y el 3- el próximo día 10 o el 11, pese a que trabajan a ritmo lento por decisión del comité. Campoy pedía ayer, en relación con ello, que "quien tiene la facultad de controlar la situación, que es la empresa, debería amortiguar las consecuencias. Para ello sería necesario que el suministro se mantuviese en los niveles del stock mínimo exigido".
Por otra parte, uno de los trabajadores despedidos manifestó ayer a EL PAIS que se está procediendo a recoger las insignias que la dirección, otorgó a todos ellos por su permanencia durante 25 o 40 años, según los casos, en la empresa, con el fin de devolvérselas al actual presidente, José María Lucía, junto con una carta.
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