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La oposición relanza los 'concejos abiertos' medievales para recoger las quejas de los vecinos

La inseguridad ciudadana y las prácticas mafiosas de grupos que tienen amedrentados a los pequeños comerciantes del Rastro, y el consumo y tráfico de drogas, son los principales problemas que vecinos y comerciantes del distrito Centro expusieron a los dirigentes de Coalición Popular (CP) que recorrieron sus calles el martes por la mañana. La oposición municipal relanza con estos actos la institución medieval de los concejos abiertos, que irá repitiendo en los 18 distritos madrileños con objeto de recoger las quejas del vecindario frente a la gestión del ayuntamiento que realiza la izquierda.

En la comitiva que el martes recorrió los barrios más populosos del distrito Centro figuraban Carlos Ruiz Soto, presidente de Alianza Popular (AP) de la capital; Alfonso Osorio, en su calidad de diputado en el Congreso por Madrid; Isaac Sáez, vicepresidente de la Asamblea de Madrid; José María Álvarez del Manzano, portavoz de la oposición en el ayuntamiento madrileño, y varios concejales del Grupo Popular. A lo largo de todo el recorrido los representantes de AP recomendaron insistentemente a las personas con las que se reunían que formen asociaciones de vecinos y colectivos organizados en defensa de sus interesés, y que acudan a los consejos de distrito a plantear sus problemas.Estas recomendaciones parecen enlazar directamente con la nueva táctica de los concejales del Grupo Popular, confirmada hace apenas un mes por Álvarez del Manzano, consistente en disputar a la izquierda su actual casi monopolio en los consejos de distrito, y fortalecer la organización y la capacidad de presión de la coalición ligando a su estructura los grupos sociales opuestos a la izquierda.

Insultos al alcalde

Durante la marcha de la comitiva de AP, algunos vecinos insultaron repetidamente el alcalde, Enrique Tierno, a quien se recordó su famosa frase "rockeros el que no esté colocado, que se coloque, y al loro", pronunciada en el Palacio de los Deportes durante un festival musical. A lo largo de todo el recorrido esta frase de Tierno salió invariablemente a relucir, siempre en boca de gente que reprochaba al alcalde su supuesta incitación al consumo de drogas.La comitiva partió de la sede de AP en la calle de Génova. La primera parada se efectuó en la plaza del Dos de Mayo, en pleno barrio de Malasaña. Los vecinos que acudieron al llamamiento de los altavoces de la comitiva prefieren denominar a la zona por su nombre clásico de barrio de Maravillas. En la concentración, que reunió bajo la lluvia a unas 300 personas, el discurso propagandístico de AP se centró en la inseguridad ciudadana provocada por la toma del barrio por parte de drogadictos.

El siguiente punto visitado fue la plaza Mayor, donde un numeroso grupo de pequeños comerciantes de la zona se quejaron amargamente de la nula atención que les presta el ayuntamiento. Según las declaraciones de los comerciantes, el único establecimiento de la zona que no ha sido atracado -varios han sufrido repetidos robos de este tipo- es uno que se dedica a la venta de imágenes religiosas.

La comitiva se trasladó a continuación a un bar de la Ribera de Curtidores, en el que se presentaron varios propietarios de establecimientos y puestos de venta del Rastro. Los comerciantes acusaron al ayuntamiento de tener miedo o ser incompetente para abordar la regulación de la venta en el popular mercado callejero. Actualmente, según coincidieron todas las personas que intervinieron en la reunión, existe una serie de grupos, organizados de forma mafiosa, que copa los puestos para alquilarlos luego al mejor postor. Según los comerciantes, el Rastro, además de haberse transformado en un bazar donde se da salida a todos los objetos robados en Madrid, es un potencial peligro para la seguridad de los visitantes.

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