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El dinero, factor fundamental en la campaña electoral de EE UU

El dinero, en este caso los dólares, es un factor de capital importancia en la campaña electoral norteamericana, cuyo largo proceso comienza mañana, martes, con la elección primaria en el Estado de New Hampshire, en el noreste de Estados Unidos. Mientras que a los candidatos mejor situados no les faltan recursos económicos, pura los menos favorecidos por los sondeos las cuentas están en números rojos.

Entre los ocho aspirantes a la nominación por el Partido Demócrata, el ex vicepresidente, Walter Mondale, parece nadar en la abundancia, con una recaudación de unos 10 millones de dólares (unos 1.520 millones de pesetas), obtenidos para gastos de campaña electoral. Tampoco faltan dólares en las arcas del Partido Republicano para el presidente Ronald Reagan, que intentará lograr su reelección a la Casa Blanca el próximo mes de noviembre.Por el contrario, entre los restantes candidatos demócratas la captación de fondos constituye uno de los principales rompecabezas. Sin dólares no hay posibilidad de efectuar una propaganda electoral en la televisión y en los periódicos, de vital importancia para llegar hasta el elector indeciso. John Glenn y Gary Hart -dos de los demócratas que intentan alcanzar, sin grandes posibilidades, a Walter Mondale- se hallan en una delicada situación financiera y han tenido que pedir préstamos. Si no logran buenos resultados el martes en New Hampshire, tampoco podrán beneficiarse de la ayuda que prevé el Fondo Federal Electoral, que, en función de los éxitos en las urnas que obtiene cada candidato, concede dinero público a los políticos. Mondale, además de los 10 millones de dólares recaudados directamente, cuenta con otros cuatro millones de dólares (unos 608 millones de pesetas) de aportación del Fondo Federal.

El dinero llega a los candidatos de formas muy diversas. En general, a través de donaciones particulares, que la ley limita a un máximo de 1.000 dólares (unas 152.000 pesetas) por persona.

La campaña de Mondale cuenta también con aportaciones financieras por parte de diferentes organizaciones, entre las que destaca la importante central sindical AFL-CIO, con más de 14 millones de afiliados, lo que origina muchas críticas por parte de sus adversarios.

Otro sistema típico de la política estadounidense a la hora de reunir recursos económicos son las cenas políticas. Bajo el lema Los demócratas de New Hampshire en marcha, el Partido Demócrata de ese Estado reunió el pasado viernes a unos 1.000 comensales en el hotel Sheraton Tara, en la localidad de Nashua, que pagaron 100 dólares cada uno (unas 15.200 pesetas) por un escueto menú de ensalada de frutas, chuleta de ternera y pastel de chocolate. Todo ello acompañado de vasos de agua y café. Naturalmente, el precio político de la frugal cena, abierta con la tradicional plegaria, banda de música y decenas de periodistas para seguir a los candidatos, iba destinado a reunir fondos para el partido. En realidad, los precios de los demócratas son moderados. En algunos actos análogos los republicanos cobran hasta 10.000 dólares por cubierto (alrededor de millón y medio de pesetas).

A este nivel inicial de la campaña todavía hay opciones para todos los gustos electorales. A las diferencias entre familias demócratas, que van de los liberales a los conservadores, se antepone, sin embargo, un solo objetivo común: batir al presidente republicano Ronald Reagan en la elección presidencial del 6 de noviembre.

Para ello, primero hay que escoger al mejor personaje entre los demócratas, probablemente Mondale. Una. vez seleccionado el candidato, toda la máquina política y económica del partido se pondrá detrás del preferido, a quien no faltarán medios materiales.

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