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Jarmila Kratoichvilova

Ayer llegó a Madrid la mejor atleta de todos los tiempos, cuyo singular físico se hizo notar en los mundiales del año pasado

Jarmila Kratochvilova es un caso único en la historia del atletismo. Tiene una edad, 33 años, en la que los atletas aún en activo buscan la retirada. Pero ella, cuanto más mayor, más corre. El año pasado se proclamó campeona mundial de 400 y 800 metros y, además, estableció los récords mundiales en ambas pruebas. El pasado verano se hizo popular a través de las imágenes de televisión durante los campeonatos mundiales de atletismo que se celebraron en Helsinki. "¡Anda, pero si es una mujer" Ayer llegó a Madrid para entrenarse durante dos semanas, porque en Checoslovaquia, su país, no puede hacerlo a pleno rendimiento, a causa del rigor invernal.Un carné expedido por la Federación Checoslovaca de Atletismo dice que Jarmila Kratochvilova, nacida el 26 de enero de 1951, es mujer, según el control de sexo realizado. Quienes la conocen aseguran que Jarmila puede realizar todas las funciones propias de su sexo. Pero ella no puede evitar las interpretaciones que sobre su feminidad se realizan. Un periódico suizo publicó en una ocasión una foto en la que aparecían las piernas de Jarmila en posición de salida antes de una carrera. Se preguntaba si correspondían, a un hombre o a una mujer.

Jarmila, cuando es preguntada por su sexo, siempre respond igual: "Ustedes, cuando van al mercado y ven a una mujer muy fea, no piensan que por ello sea hombre. Piensen lo mismo de mí". La masculinidad de su cuerpo no queda delatada fuera de la pista de atletismo. Aparentemente es un mujer delgada, de un físico bastante normal. Incluso nadie diría que sus 1,70 metros de estatura suponen 68 kilos de peso. La desproporcionada relación de sus medidas antropométricas, para lo que a simple vista parece, sólo se comprende cuando se viste de corto.

El desarrollo de sus músculos se explica por el entrenamiento que realiza. No llega al extremo de su amiga Elena Fibingerova, campeona mundial de peso, que se cuelga un neumático de coche lleno de arena y sube y baja los dos pisos de su casa. Pero son seis horas de trabajo diarias entre las sesiones de pesas en el gimnasio, trote por el campo y series en la pista. Es capaz de correr ocho veces los 800 metros con dos minutos de descanso por debajo del récord de España. Además, disfruta del seguimiento de un equipo médico. Éste analiza regularmente sus fibras. Cuando, con la edad, van perdiendo potencia, transforma las de contracción lenta en rápida para no perder su prodigiosa velocidad. A los 24 años hacía los 400 metros en 57 segundos y 4 décimas; desde entonces, su progresión sólo se paralizó en 1982 a causa de una lesión; ahora los hace en 47.99. Esta marca es mejor que la de muchos atletas españoles. Incluso Ruiz, atleta de categoría olímpica en 400 vallas, y Pacheco, que corrió los 800 metros en los últimos campeonatos europeos, no llegaron a las marcas de Kratochvilova el año pasado cuando hicieron 400 metros.

Jarmila Kratochvilova llegó ayer a Madrid por segunda vez en su vida. Estuvo el año pasado para entrenarse con varios compatriotas suyos. Antes iban a Cuba. Pero la aclimatación suponía a los atletas varios días de trabajo perdido.

Hoy, al amanecer, una corredora atravesará el puente de los Franceses en dirección a la Casa de Campo para realizar la primera sesión de entrenamiento. Es la mejor atleta de todos los tiempos. Jamás, una mujer había sido capaz de dominar los 400 y los 800 metros, pruebas donde acaba la velocidad y donde empieza el medio fondo corto. Ella quiere hacerlo ahora todavía más difícil. En los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, además de una de estas dos distancias, quiere hacer los 200 metros o los 1.500. Su hazaña romperá todos los esquemas de la teoría del atletismo. La piedra filosofal que permite a este cuerpo ser tan rápido como resistente en un secreto que conservan el entrenador Kovacs y sus colaboradores.

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