El presidente del INI afirma ante el Congreso que el 'holding' estatal perdió 192.000 millones de pesetas en el año 1983
El grupo de 65 empresas en las que el Instituto, Nacional de Industria (INI) participa directa y mayoritariamente perdió 160.000 millones de pesetas en el ejercicio pasado, a los que hay que añadir 32.000 millones más como consecuencia de aplicar unos criterios contables muy ajustados que revelan como pérdidas reales obras en curso que figuraron durante años en el activo y que en realidad corresponden a inversiones irrecuperables, según anunció ayer, ante la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados, el presidente del holding, Enrique Moya.
Este "aluvión de pérdidas" -como lo describió el propio Moya-, que superan con creces las estimaciones más pesimistas que hasta la fecha se habían realizado para 1983, es resultado de los "defectos históricos acumulados a lo largo de numerosos años de diagnósticos errados" y del hecho comprobado de que "el INI produce más de lo que el mercado demanda y, en muchas ocasiones, productos que el mercado ni siquiera requiere", según manifestó, en un testimonio caracterizado por su crudeza realista y su dramatismo, el actual presidente del holding.Para 1984, y dependiendo del éxito de los planes de reconversión industrial anunciados por el Gobierno y de factores como la relación peseta/dólar, el INI espera invertir la tendencia de una curva ascendente de pérdidas, que de 46.000 millones de pesetas en 1978 han pasado a 137.000 millones de pesetas en 1982. Así, las previsiones para el año recién comenzado estiman las pérdidas en 130.000 millones de pesetas, con un cash flow (beneficios más amortizaciones) negativo en 10.000 millones de pesetas.
Enrique Moya, que acudió al Congreso a petición de los grupos Popular y Socialista, calificó su primer año de gestión como de diagnóstico y ajuste de desequilibrios, con unos objetivos prioritarios cifrados en una política de "redimensionar, reestructurar y hacer competitiva, en lo posible la estructura heredada". El presidente del INI atribuyó a dos causas fundamentales la actual situación del holding público: las fabulosas inversiones no rentables realizadas en tiempos de dinero barato y rendimientos a corto plazo y la política seguida de no reponer pérdidas, lo que ha incrementado enormemente los costes financieros de las empresas públicas.
En 1983, por ejemplo, los gastos financieros del grupo se incrementaron en 30.000 millones de pesetas (un 1,6% más de lo que lo hicieron en el ejercicio anterior), mientras que el efecto cambiario (apreciación del dólar) supuso un aumento del desequilibrio del balance de 29.000 millones de pesetas (un 10% más que en 1982).
El coste de la reconversión
Sin tener en cuenta estos factores, los resultados del grupo antes de incluir los gastos financieros mejoraron moderadamente, según declaró Moya. En 30 empresas concretas, incluso, se registró una mejora de los resultados en 38.400 millones de pesetas, mientras que, por otro lado, otra treintena de sociedades vio empeorar sus balances en 60.000 millones de pesetas.Sólo en siete empresas, englobadas en construcción naval, siderurgia y bienes de equipo -todos ellos, sectores actualmente en reconversión-, se perdieron el año pasado más de 140.000 millones de pesetas, lo que supone aproximadamente un 90% de la cifra total de pérdidas del grupo.
Precisamente en estos sectores en reconversión se cifran las esperanzas de los directivos del INI de recomponer el holding. Si bien, advirtió Moya, la reconversión efectiva todavía no ha comenzado, y sus frutos tardarán varios años en notarse, si su nivel de éxito es aceptable los objetivos inmediatos son aplícar un proceso de mejora de la estructura del capital de las empresas, aliviando la relación recursos propios/recursos ajenos de las sociedades del grupo (que ofrece actualmente un ratio de 19/81), hasta llegar al 22/81 a finales de 1984 y rediaciendo en un punto (del 13 al 12%) los gastos financieros sobre ventas totales.
Respecto a los resultados anunciados, el presidente del INI advirtió que eran provisionales, ya que se estaba pendiente de contrastar ese balance con los datos finales de algunas empresas y, posteriormente, de auditarlo. Fuentes solventes aseguraron después que los resultados finales no variarán sustancialmente.
En cuanto a la inclusión en las pérdidas de 1983 de 32.000 millones adicionales, correspondientes a la desactivación de unas partidas que figuraban como obra en curso en ballances anteriores, dependerá del Consejo de Administración del INI, adonde se llevará esta propuesta en fecha próxima. Los activos mencionados corresponden a barcos construidos y no vendidos, así como existencias de productos invendibles.
Enrique Moya mostró especial preocupación ante los parlamentarios, sobre el estrecho margen que posee el INI para enderezar la situación actual. Puso como ejemplo el hecho de que el holding se vaya a endeudar en 203.000 millones de pesetas en 1984 y vaya a amortizar deuda anterior, en el mismo ejercicio, por importe de 206.000 millones de pesetas. Incluso el resto de los fondos que recibirá el instituto será corto para sus necesidades de inversión, ya que los 32.000 millones que ingresará en concepto de contratos-programas irán a parar a Hunosa, donde las pérdidas totalizan casi esa cantidad. Otros 90.000 millones percibidos serán para la subrogación de pérdidas de algunas compañías, y los 80.000 millones del fondo patrimonial (ampliación de capital) deberán ser devueltos.
Con todo, el instituto invertirá sumas apreciables en nuevas actividades (8.225 millones de pesetas), desarrollo regional (5.005 millones de pesetas), fomento a la investigación (1.190 millones más 6.750 de las empresas), así como en programas para sectores de futuro, tales como la electrónica la alimentación y la defensa.
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