Peligra la presidencia de Gemayel tras la renuncia del primer ministro libanés
Los violentos combates ocurridos durante los últimos cuatro días en Beirut provocaron ayer la dimisión del primer ministro libanés, Charie Wazzan, y agravaron, hasta extremos sin precedentes, la crisis por la que atraviesa el pequeño país de Oriente Próximo. La permanencia en su cargo del propio presidente, Amin Gemayel, que aceptó la dimisión de su jefe de Gobierno, está en juego, y con ella, el futuro de la Fuerza Multinacional, cuya presencia en la capital libanesa fue solicitada por el jefe del Estado. La actividad bélica disminuyó considerablemente en Beirut al conocerse la renuncia del primer ministro.
Chafic Wazzan, de 58 años, explicó su decisión, en una carta dirigida a Gemayel, por la "agravación y el deterioro dolorosos y espantosos de la situación". Al presentar su dimisión (que ya había sido rechazada anteriormente en varias ocasiones), el primer ministro dijo al jefe del Estado: "Espero, o, mejor dicho, insisto, en que usted debe aceptarla inmediatamente", informa desde Beirut Ignacio Cembrero.
Si bien el presidente Gemayel inició ayer mismo las consultas para nombrar un sustituto de Wazzan, esta tarea se presenta como una misión imposible ante la enorme dificultad de encontrar un candidato que cuente con la aceptación de todas las facciones enfrentadas en el conflicto.
El Partido Socialista Progresista (PSP) de Walid Jumblat calificó la renuncia de Wazzan, en un comunicado hecho público en Damasco, como una "operación maniobrera y de obstrucción", y aseguró que el conflicto no se limita a una cuestión de posición sobre el terreno, a la promoción de un oficial o la designación de un alto funcionario, sino que concierne aI régimen y a su línea de conducta".
Gemayel anuncló ayer por la noche, en un discurso transmitido por radio y televisión, su intención de constituir un gobierno de unión nacional, al mismo tiempo que invitó a todos los participantes en el Congreso de Reconciliación Nacional a asistir a una segunda sesión de las negoclaciones el próximo día 27 de febrero en Ginebra con el fin de "impedir el desmembramiento de Líbano en pequeños Estados". Gerriayel anunció igualmente la presentación de un plan de ocho puntos para conseguir la paz en su país.
El papa Juan Pablo II lanzó ayer un dramático llamamiento al diálogo y la tregua en Líbano, en el que expresó su "profunda angus tia" por los acontecimientos en la "nación martirizada por una guerra civil". En Israel, donde los acontecimientos se siguen con especial interés, la radio estatal aseguró ayer que el Gobierno no tiene intención de intervenir en el conflicto.
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