El Scavolini obligó al Real Madrid a una prórroga
El Real Madrid ya era semifinalista de la Recopa antes de jugar con el Scavolini, así que se le fue el santo al cielo en los últimos minutos y regaló a la afición local cinco minutos de prórroga con su contenido de emoción. Estaba bien el Scavolini como sparring de cara al encuentro frente al Barcelona, pero era perderle demasiado el respeto a quien defiende el título de la Recopa jugarle los últimos minutos a ritmo flácido. El moreno Dverod, que aún nadie entiende cómo se pasó en el banquillo más de la mitad del partido, se encargó de reducir distancias y poner el primer empate que alcanzaba el Scavolini en todo el partido justo en el último segundo.Lolo Sáinz puso en juego a ciertos hombres de banquillo que pueden ser fundamentales en un choque a gran escala como va a ser el Real Madrid-Barcelona del próximo 8 de febrero. Rullán, de alero, estuvo más afortunado que en otras ocasiones en el tiro pero poco listo a la hora de evitar que le cargasen rápidamente de personales. Jugó algo más de medio partido. Romay estuvo mucho tiempo y se marchó con tres personales en su haber, lo que ya es un éxito, aparte de estar en su sitio en las acciones defensivas. Para el joven Velasco llegó la responsabilidad de hacer frente a los últimos minutos, a la prórroga entera y al americano Dverod, el mejor del Scavolini. No desentonó y Lolo Sáinz supo aguantarlo hasta el final y evitar la tentación de sacar a Corbalán para quitar emoción al asunto. Para esta finalidad, el Scavolini era una buena prueba de toque: ni tan malo, como el Parbudice checo ni un rival de los de sumo cuidado.
Pero lo cierto es que el Real Madrid no logró consolidar una de esas diferencias que sentencian un encuentro. Después de las primeras alternativas con mínimo dominio del conjunto italiano, el Real Madrid se colocó muy pronto en los 10 puntos de ventaja, que aumentó ligeramente para llegar al descanso con un 53-43. El público no es que se aburriera pero tampoco temblaba; se encontraba frío y los más sibaritas procuraban disfrutar con algunas buenas jugadas de ambos equipos, en las que destacó preferentemente el ambicioso Fernando Martín, que no suele perdonar ni en los entrenamientos.
La superioridad del Real Madrid se daba por sobreentendida, así que nadie debió fijarse en exceso en el marcador. Ya en la segunda parte, hubo momentos en los que el conjunto madridista parecía en disposición de intentar la escalada hacia los 20 puntos. No sucedió tal cosa porque la concentración de algunos jugadores no estuvo en su punto. Metódicamente, el Scavolini fue avisando poco a poco, reduciendo distancias, y todo el mundo se estaba dando cuenta. Cuando Lolo Sáinz saltó del banquillo a falta de 7 minutos para pedir tiempo, el marcador señalaba un 74-69, que se resolvió aparentemente pronto cuando sus jugadores colocaron un tranquilizador 84-73 a falta de cuatro minutos.
Por entonces, ya estaba en cancha el moreno Dverod y anunciaba con su juego un nivel. de efectividad sobresaliente; movía bien al equipo y encestaba desde cualquier posición. A falta de dos minutos, 86-80. Al minuto final, empate a 88. Dverod había dado la clave y proporcionaba una prórroga que no estaba prevista en el programa. El Real Madrid volvió a hacer algo parecido luego: sacó ventaja muy pronto y la fue perdiendo para mayor emoción de los espectadores. Pero, al final, Dverod no llegó a tiempo. El Real Madrid ya era semifinalista mucho antes. Posiblemente le espera el Cibona de Zagreb, lo que supone cierto alivio ante la perspectiva de jugar con el Simac de Milán, el conjunto italiano más en forma en estos momentos. Real Madrid y Simac son los favoritos.
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