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VI Congreso Nacional de AP

"Fuera pitufos"

Cuando, un poco después de las diez de la mañana de ayer, Manuel Fraga pedía a la Moreneta de Montserrat la bendición para el VI Congreso Nacional de Alianza Popular, las gradas del Palacio de los Deportes de Barcelona estaban semivacías. Algo más de 1.200 compromisarios ocupaban unos asientos reservados a 3.500 congresistas, en un local cuyo aforo está destinado a acoger entre 8.000 y 10.000 plazas.Los invitados, más madrugadores, sí escuchaban con atención las palabras del líder aliancista -"Queremos ser liberal-conservadores claros como Reagan, la señora Thatcher o Nakasone"-, o las del secretario general, Jorge Verstrynge, sobre "un destacado socialista llamado Mussolini".

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En AP han invitado a la práctica totalidad de los partidos conservadores del mundo democrático y para mañana se espera la intervención, entre otros, del conde Hans Huyn, miembro del Bundestag, del historiador lord Hugh Thomas, representante del Partido Conservador británico, y de su alteza real el archiduque Otto de Habsburgo -hijo del archiduque Carlos de Austria, subsiguiente emperador de Austria y rey de Hungría, segán consta en la biografía-, como miembro del Parlamento europeo.

Incidentes nocturnos

Los delegados ausentes en la inaguración del congreso no aparecieron hasta varias horas después. Probablemente tuvieron que reponerse de alguna incidencia nocturna. Los de Sevilla, después de un viaje largo y tedioso, se encontraron, de madrugada, sin hotel. Quienes llegaron desde Madrid en tren brindaron en Chamartín con champaña por el éxito del congreso, y todo parece indicar que hubo quien continuó brindando efusivamente, porque, por dos veces diarante la noche, alguien hizo sonar la alarma sin razón justificada, retuvo el tren parado 40 minutos y precisó ayuda para apearse en la terminal de Sants.También ha habido quienes, en plena noche loca barcelonesa, han sido expulsados sin miramientos por la madame porque no dejaban trabajar a las chicas, al grito de "Fuera, pitufos". A Javier Carabias y a Jaime Boneu aún les da la risa cuando lo recuerdan.

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