Bofill atribuye su rechazo en Sevilla a una confusión sobre sus funciones en la Expo-92

Ricardo Bofill, propuesto para comisario de la Exposición Universal de 1992, lo que ha sido criticado en algunos círculos de Sevilla, aseguró ayer que atribuye los rechazos a una confusión entre el carácter que deben tener los actos commemorativos del V Centenario del Descubrimiento de América y la propia exposición. El urbanista catalán insistió en que, en caso de confirmarse su nombramiento, a él no le competería ninguna función representativa de la ciudad, ni el diseño del complejo ferial, ni la realización arquitectónica de los pabellones, "sino la tarea técnica de coordinar, gracias a mi experiencia, la relación y las negociaciones temáticas con los países participantes".

El Consejo de Ministros aprobó el miércoles el decreto que regula la función del comisario, y en una próxima reunión -probablemente la del día 1 de febrero- se decidirá el nombramiento oficial."La coordinación de los actos del V Centenario del Descubrimiento de América requiere un cargo de caracter simbólico, que probablemente deba recaer en una persona bien arraigada y representativa de la sociedad sevillana", afirmó Bofill, "pero para el comisariado de la Exposición Universal, que es una cosa completamente diferente, que es un cargo ejecutivo, hace falta alguien con capacidad de relación con los organismos internacionales competentes, sin que sea imprescindible -pienso- que sea sevillano".

La función del comisario debe ser esencialmente la de representar a España en el exterior y negociar con los países asistentes su participación, para concretar los temas de la exposición, sostiene Bofill, para quien resulta fundamental la circunstancia de que el Bureau International des Expositions (BIE), con sede en París, haya otorgado conjuntamente a Sevilla y Chicago (EE UU) la Exposición Universal de 1992. "Esto puede plantear una situación típica de relaciones Norte-Sur" afirma el urbanísta catalán, "con el peligro de que el Norte (Chicago) se lleve la parte técnica y económica de la exposición, mientras al Sur (Sevilla) vayan los aspectos culturales y folklóricos".

"La función del comisario no incluye en absoluto la responsabilidad del diseño de la ciudad ferial ni la realización de los pabellones", siguió explicando Bofill, saliendo al paso de la teoría de algunos círculos sevillanos de que un arquitecto foráneo no puede encarnar en su obra arquitectónica la sensibilidad de la ciudad.

"Todo el trabajo arquitectónico deberán realizarlo preferentemente arquitectos sevillanos con la colaboración de otros españoles y de todo el mundo", explicó, a partir de unas reglas del juego, como los concursos de proyectos, que aún no han sido establecidas pero que serán determinadas de acuerdo con los colegios de arquitectos y otros organismos".

Reacciones encontradas

Ricardo Bofill se mostró especialmente molesto con la campaña de descalificación de su candidatura abierta por el diario Abc, al que atribuye buena parte de la confusión entre las funciones del comisario de la Exposición Universal y las del responsable de los actos del V Centenario del Descubrimiento de América. Explicó que, por el contrario, las reticencias expuestas desde otros medios informativos son más coherentes, aunque él no las comparta. Afirmó, por otra parte, haber recibido telegramas de felicitación del presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Andalucía Oriental, Alejandro Pérez, y del presidente del colegio sevillano, Félix del Pozo, así como llamadas personales del alcalde de Sevilla y otras personalidades andaluzas, y aseguró que en conversaciones recientes con el presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, y el consejero de Ordenación Territorial, le habían expresado satisfacción por su posible ayuda a la exposición.