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Virulenta reacción, en Sevilla contra la propuesta para nombrar a Bofil comisario de la Exposición Universal

Razones estéticas, sentimentales y políticas se invocan en Sevilla -no en las restantes capitales andaluzas- en una virulenta reacción de numerosos sectores en contra de la propuesta para designar a Ricardo Bofill comisario de la Exposición Universal de 1992y por lo tanto máximo responsable de su planificación. La candidatura, propuesta y anunciada por Luis Yáñez, presidente de¡ Instituto de Cooperadión Iberoamericana, está siendo durísimamente criticada en la mayoría de los medios de comunicación de la capital andaluza

El presidente de la Junta, Rafael Escuredo, no se ha pronunciado todavía sobre esta polémica. Ayer no presidió la reunión de su Consejo de Gobierno, sin que fuera explicada su ausencia. El Consejo de Ministros -órgano que debe ratificar la designación para que sea efectiva- no aprobó ayer el nombramiento del comisario de la Expo-92, conmemorativa del V Centenario del Descubrimiento de América, que se celebrará en Sevilla.El anuncio, el pasado sábado, por parte de Luis Yáñez, de que su candidato al puesto de comisario es Ricardo Bofill -lo que suponía de hecho un nombramiento in pectore, puesto que era público que antes de anunciar este nombre había obtenido para él todos los respaldos necesarios-, produjo en Sevilla una primera reacción de sorpresa, casi estupor, que dio paso inmediatamente después a una fuerte crítica.

La mayoría de las opiniones en contra conceden a Ricardo Bofill un alto crédito como arquitecto y urbanista de prestigio universal, pero creen inadmisible que a un catalán se le confie el cargo de comisario en una exposición que, si bien tiene carácter universalista, se refiere a un acontecimiento como el Descubrimiento de América en el que los críticos entienden que la representación de Andalucía merece ser considerada de forma relevante y que, sobre todo, dejará una impronta arquitectónica y urbanística de primera importancia en la ciudad.

De hecho, buena parte de la actual imagen de Sevilla es la que dan los restos de la Exposición del 29, entre los que cabe destacar el paseo de la Palmera o la Plaza de España, o zonas que surgieron a su amparo, como el barrio de Los Remedios.

Entre las críticas a la concesión del cargo a Ricardo Bofill se mezclan voces de varias procedencias, o voces en las que se adivina la simultaneidad de varias procedencias. Un nacionalismo arrinconado por la habilidad de Rafael Escuredo, hoy presidente de la Junta gracias, en parte, a haber jugado desde el PSOE la baza nacionalista, ha encontrado en esta polémica amplia caricha para levantar sus quejas. Así, Manuel Clavero, ex ministro de UCD, que abandonó el partido por encontrar inadmisible el tratamiento que éste pretendía, dar a la autonomía andaluza, se queja de que "los andaluces sa,lirnos fuera como jornaleros y de fuera nos llegan puestos directivo?.

Ángeles Infante, hija de Blas Infante, declara: "Espero que Sevilla se alce contra el nombramiento". Todos los partidos de la oposición andaluza, excepto el PCE, han expresado su disconfórmidad.

Laderecha parlamentaria lanza por esta brecha andanadas al partido,en el poder, acaso con la esperanza de alimentar las tensiones latentes entre el aparato central del PSOE y el equipo de Rafael Escuredo.

La tensión Junta-Gobierno central ha tenido varios episodios, y el de mayor actualidad es la pretendida reforma agraria de Escuredo, que está siendo frenada en Madrid.

Igualmente, un sector de personajes de fuerte importancia en Sevilla defensores de una imagen de la ciudad rechaza a Bofill por interpretar que un foráneo no puede encarnar en su obra arquitectónica la sensibilidad de la ciudad, y que su aportación urbanística puede suponer un daño irreparable a ese interesante conjunto monumental que es Sevilla.Rehabilitar el casco antiguo

Este grupo ha defendido la necesidad de que la Expo-92 sirva para rehabilitar el casco antiguo de Sevilla, en cuyos antiguos palacios, conventos y caserones pueden ser acondicionados los pabellones de las naciones concurrentes.

Sin embargo, Yáñez es partidario de utilizar como recinto de la Exposición un terreno contiguo a la ciudad, en la Corta de la Cartuja, donde se construiría todo nuevo.

Por último, hay otra crítica, ya de sectores muy ligados a la vanguardia arquitectónica sevillana, a la que se deben proyectos brillantes en los últimos años, que considera a Ricardo Bofill como un hombre de prestigio no del todo merecido, discutible y poseedor de una fama comercial y artificialmente hinchada, algo así como un mero producto de marketing. En esta línea, Ricardo Bofill era criticado en Diario-16 de Andalucía de ayer por Pilar del Río -en artículo de opinión publicado en la tercera página del periódico-, como "un Julio Iglesias de la arquitectura".

Si Diario-16 en su edición andaluza ha criticado la designación, no sólo en este artículo sino en otras colaboraciones y en su editorial del martes, titulado Un nuevo error, los dos periódicos específicarnente sevillanos, El Correo de Andalucía y especialmente Abc, cuya edición sevillana, independiente de la de Madrid, constituye el diario de más difusión en la capital andaluza, han sido claramente beligerantes en el conflicto.

El Gobierno parece haber optado por un personaje de prestigio internacional que garantiza, por un lado, un puente hacia vías de financiación internacional con las que Ricardo Bofill está bien conectado de tiempo atrás, y por otra, una fuerte imagen de Estado por parte del partido en el poder, el PSOE. En algunos sectores, y dada la proximidad de las elecciones al parlamento catalán, se ha acusado al PSOE de utilizar el cargo de comisario con fines electoralistas.

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