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Decenas de viajeros bloquearon la estación de Atocha en protesta por los retrasos

La avería de un aparato denominado seccionador, que dejó sin energía eléctrica, a las 8.35 horas de ayer, el tendido de las líneas ferroviarias que comunican la estación de Atocha con las localidades del suroeste de Madrid, provocó a primera hora de la mañana de ayer la indignación de un grupo de viajeros del tren Parla-Atocha, quienes cortaron la vía con traviesas de madera, a las que prendieron fuego. El servicio estuvo interrumpido hasta las 12.15, aunque la avería que originó el conflicto estaba arreglada a las 9.15, tres horas antes.

Entre la avería, y la acción de protesta de los viajeros sufrieron retrasos, en algunos casos de varias horas, un total de 48 trenes, 31 de cercanías y 17 de largo recorrido. La barricada sobre las vías paralizó los trenes de largo recorrido procedentes de Lisboa, Andalucía y Extremadura, y los de las tres líneas de cercanías con término en la estación de Atocha. Varios convoyes que debían partir desde la estación tampoco, pudieron hacerlo de acuerdo con el horario previsto. El conflicto afectó, según fuentes de Renfe, a miles de viajeros.Testigos presenciales de los hechos informaron que entre 200 y 300 viajeros del tren procedente de Parla decidieron, a pesar de que la avería se arregló a los 40 minutos de producirse, ocupar la vía e interrumpir el tráfico durante toda la mañana, en señal de protesta por lo que califican como "una increíble falta de respeto a los ciudadanos y usuarios del ferrocarril".

El martes, por citar un ejemplo, los trenes de cercanías llegaron a Atocha con una media de una hora de retraso. Según los usuarios, este incumplimiento de los horarios de los trenes significa una fuente continua de molestias, pérdidas de tiempo y problemas laborales, ya que la mayoría de las personas que viajan a primera hora de la mañana se dirigen a sus puestos de trabajo, y los retrasos continuos les hacen llegar tarde con demasiada frecuencia. En estos casos, los viajeros se ven obligados a solicitar en la estación un papel en el que se certifica el retraso registrado, con objeto de justificar la tardanza en el lugar de trabajo, certificado que no siempre se obtiene.

No hubo detenciones

El grupo de viajeros que protagonizó la protesta acumuló traviesas de madera sobre el tendido ferroviario y las prendió fuego. Poco después del comienzo del conflicto, llegaron tres empleados de la compañía, que explicaron a los viajeros la causa de la avería y les informaron de que las obras de mejora de los accesos a la estación de Atocha no estarían terminadas hasta dentro de dos años. Aproximadamente a las 11 de la mañana llegaron al lugar varios vehículos patrulla de la Policía Nacional Los agentes dialogaron y a veces discutieron con los manifestantes, antes de obligarles a desalojar las vías. Durante la operación no se produjeron detenciones.Fuentes de Renfe señalaron que situaciones como la de ayer no se pueden solucionar a medio plazo. En la entrada de la estación de Atocha, a la altura de puente de los Tres Ojos, coinciden todas las vías de los trenes de cercanías, de largo recorrido regionales y de mercancías. Es un verdadero cuello de botella que origina retrasos frecuentes y continuos problemas de coordinación para dar paso a los diversos trenes. Sólo la construcción de vías independientes para los trenes de cercanías, afirmaron las citadas fuentes, podrá garantizar a los viajeros de las localidades de Parla, Fuenlabrada, Getafe, Aranjuez, Ciempozuelos..., que los trenes lleguen en el momento previsto. Las obras, sin embargo, no tienen aún fecha concreta de terminación.

El colapso ferroviario se produce, por lo general, entre las 8.30 y las 10 de la mañana, horas en las que se registra una mayor densidad de tráfico. "Lo único que podemos pedir a los viajeros", explicó un portavoz de Renfe, "es que comprendan nuestras dificultades y tengan paciencia hasta que las obras estén terminadas". Parte de los viajeros de los trenes de cercanías afectados por los retrasos recurrieron, como muchos otros días, a recorrer andando los dos últimos kilómetros que les separaban de la estación de Atocha.

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