Dirigentes del PNV consideran que nadie ha sido derrotado en la reunión de Zarauz
Los dirigentes nacionalistas han coincidido en destacar el clima de entendimiento y la "cordialidad" con que se celebró el debate en la asamblea nacional que confirmó a Carlos Garaikoetxea como candidato del partido a la presidencia del Gobierno vasco. También inisistieron ante los informadores en la necesidad de distinguir el término divergencia del concepto enfrentamiento, para comprender el conficto vivido recientemente por el PNV. Por su parte, Mario Onaindia, opinó que la crisis vivida estos días por el primer partido de Euskadi "da retrospectivamente la razón a la oposición".El consejero y habitual portavoz del Gobierno vasco, Pedro Miguel Etxenike, consideró que la asamblea se había resuelto "sin vencedores ni vencidos", y resaltó el hecho de que "se ha demostrado que el PNV dispone de los mecanismos adecuados para resolver positivamente las divergencias, que no enfrentamientos, surgidos en su seno". Por lo demás, en opiníón de Etxenike, "el carácter unánime de la resolución final y la cordialidad que ha presidido los debates demuestran que no puede hablarse de derrota de la dirección del partido.
En el mismo sentido, el secretario portavoz del consejo nacional, José Antonio Aspuru, consideró injustificada la actitud de quienes "han tratado de presentar el problema como un conflicto entre el lendakari y la dirección del partido", cuando lo que realmente ha habido ha sido, en su opinión; que, "tanto Garaikoetxea como el consejo nacional han dejado el proceso de clarificación en manos de la asamblea, que, a su vez, ha intentado conciliar las posturas divergentes surgidas del hecho de que unos veíamos el problema desde la función de partido, y otros, lógicamente, desde la de gobierno".
Las posturas respectivas fueron personalmente defendidas ante los delegados por Carlos Garaikoetxea y Xabier Arzallus. Este último, presidente del consejo nacional del partido, declaró antes de iniciarse la reunión que "es conocida la posición que mantiene la ejecutiva sobre las relaciones entre los cargos públicos y el partido que representan, pero una vez que se ha apelado a la asamblea el ejecutivo desaparece como tal del debate y nada tiene que decir".
Por lo demás, los partidos de la oposición, que durante toda la semana observaron un expectante silencio, a la espera del desenlace de la crisis peneuvista, mantuvieron ayer esa misma actitud. Tan sólo el secretario general de Euskadiko Ezkerra, Mario Onaindía, señaló el peligro de que tras el acuerdo del sábado se acentúe "la influencia de esa especie de segunda cámara en la sombra que ha estado actuando durante toda la legislatura, condicionando la actividad del Gobierno, tal como hemos venido denunciando desde la oposíción". "El conflicto", agregó "nos ha dado retrospectivamente la razón a quienes, a propósito de leyes como la de Territorios Históricos, la del himno vasco y otras, advertimos que dificilmente podía Garaikoetxea asumir su función institucional como presidente de todos los vascos sometido como estaba a fuertes presiones intrapartidistas, que se tradujeron en ocasiones en claras injerencias en su labor".
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