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La modificación del coeficiente de caja se debe al peso creciente del déficit público, declara Rafael Termes

El Gobierno a la vista de la evolución del déficit del sector público no ha tenido más remedio que modificar el coeficiente de caja de los intermediarios financieros, ampliando la base sobre la que se aplica y las entidades que tienen que cubrirlo, declaró ayer Rafael Termes, presidente de la patronal bancaria AEB (Asociación Española de Banca Privada). Para Termes, mientras exista un déficit público creciente e importante habrá problemas financieros y ello repercutirá de forma sensible sobre las empresas privadas que tendrán mayores dificultades para encontrar dinero -y tipos de interés más elevados- con el que financiar sus inversiones.

Medios financieros privados señalaron ayer que el reajuste en el coeficiente de caja, elevándolo hasta el 18% de los pasivos computables, no soluciona los problemas de política monetaria y que aún será necesario inmovilizar el 10% de los depósitos para alcanzar los objetivos.El presidente de la patronal bancaria se mostró de acuerdo con las decisiones de la Administración de establecer el coeficiente de caja de los intermediarios financieros en el 18% de los de pósitos como única forma de hacer frente al enorme gasto de las administraciones públicas. Rafael Termes admitió que, en circunstancias especiales como las actuales, no se podrá impedir que el Estado absorba cantidades crecientes del ahorro interno con el que financiar sus gastos.

La clarificación del coeficiente de caja en el sentido de incorporar al mismo a todos los intermediarios financieros, y no sólo a los bancos y cajas de ahorro como ocurría hasta ahora, fue calificada como positiva por el presidente de la AEB quien entiende que no se deben admitir situaciones de competencia desleal entre aquellos que tienen que destinar una parte de los recursos a cubrir coeficientes con remuneraciones por debajo de las de mercado y aquéllos que no tenían esta obligación.

Ampliar la base

Rafael Termes reconoció que la nueva subida de coeficientes favorece a los bancos en proceso de saneamiento con ayudas públicas, y exentos de coeficientes, frente a aquellos sanos que tienen que cumplir todas las disposiciones legales. El presidente de la patronal no mencionó que la práctica totalidad de las entidades en crisis han ido a engrosar los grupos bancarios de las principales instituciones financieras del país y que, en algunos casos, se está desviando una parte considerable del negocio de las grandes entidades hacia las filiales.En el mismo sentido positivo se expresó el presidente de la AEB al señalar que, en un plazo de tres años, la base sobre la que se calcule el coeficiente de caja englobará a todas las formas de captar dinero que han puesto en marcha las instituciones financieras y no sólo las tradicionales. El establecimiento de un calendario amplio para hacer entrar en el sistema los 700.000 millones de pesetas existentes en bonos, obligaciones y títulos hipotecarios; los 150.000 millones en cuentas de ahorro del emigrante; 140.000 millones en efectos endosados y avales prestados a pagarés, y una cantidad similar que existe en pasivos por operaciones de seguros, suponen normalizar la existencia de más de un billón de pesetas no sujeto hasta ahora a coeficientes.

La circular del Banco de España sobre el nuevo coeficiente de caja establece dos modalidades para cubrir el 18% fijado. Un 5% no remuneración; el 13% restante recibirá el 13,5%, pero en los primeros meses -hasta abril de 1984- se podrá cubrir una parte de este subtramo mediante certificados de regulación monetaria (CRM). Con esta disposición se cubre transitoriamente con el deseo de la Administración de .consolidar" una parte de los CRM, hasta su total extinción. La circular establece que los bancos y cajas podrán cubrir hasta el 6% del nuevo coeficiente con estos certificados que vencen en abril. Ello supone aproximadamente 900.000 millones de pesetas, la mitad de los CRM que existen en la actualidad.

La Administración tiene que "consolidar" otra cantidad similar y además detraerá, por motivos de política monetaria y de financiación del déficit público, cerca de 500.000 millones de pesetas adicionales. En medios financieros privados se considera que a los 18 puntos del coeficiente de caja será necesario sumar otros 10 más para poder conseguir los objetivos del Gobierno. Tanto Miguel Boyer como Mariano Rubio, han señalado que sería deseable no tener que elevar los pasivos sujetos a coeficientes -18% por el de caja y 21,5% por el de inversión. No obstante, en medios financieros se reconoce que este porcentaje va a ser insuficiente y se calcula que se necesitarán otros 10 puntos más, de los que una parte podrían venir de la parte no utilizada en la actualidad del coeficiente de inversión.

Rafael Termes, al hablar de este tema señaló que, mientras haya coeficientes remunerados por debajo del precio de mercado, la mayor demanda de fondos por parte del sector público repercutirá, en cantidad o en precio, sobre el sector privado que verá cómo la cantidad de dinero puesto a su disposición no crece más del 6% en 1984.

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