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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Las puertas de la discoteca

Ahora es posible hablar de este tipo de accidentes, como el de la discoteca Alcalá 20, que producen una mortandad apreciable por la gran concentración de personas en un lugar y horas determinados. Uno de los problemas que se plantean a la hora de una evacuación precipitada en un local público es el pánico. Todo el mundo se precipita, como los borregos de Panurgo, hacia un mismo lugar, que se convierte por ello en cuello de botella. Hay casi tantas víctimas por la asfixia -en casos de incendio- como por atropellos de la masa que viene detrás. Pues bien, en Estados Unidos es obligatorio el que las puertas de todo lugar público se abran para afuera, incluidas las de los inmuebles residenciales. Quien haya visitado Nueva York conoce esas feas escaleras en zigzag que descienden por las fachadas de la mayoría de sus edificios, y que sirven de escalera de urgencia, ya que es una norma internacional no utilizar los ascensores en caso de incendio.¿Por qué en España, con tanto viaje como realizan nuestros dirigentes, no se aprovecha para copiar lo que ya está inventado en otros países? Aquí lo queremos inventar todo, que sea el sindicalismo vertical o un aceite más barato que los demás (léase de colza). Meter a 900 personas bajo tierra dejándoles para escapar una escalera de entrada que se convierte desde el primer instante en chimenea (no se diga que hay otras salidas, porque sin luz y sin la debida señalización nadie que no se haya estudiado el problema con anterioridad las descubrirá a tientas en medio de una manada despavorida) es falta de previsión. Cúlpese a las ordenanzas o a quien inspecciona estos locales, pero el error está en la concepción. Si la masa presiona hacia adelante, las puertas deben abrirse hacia adelante. Es elemental, porque, aun cerradas, la presión de la gente las hace saltar. Abrirlas en sentido opuesto a la riada es imposible.

Elementos de decoración ignífugos, sistemas de alerta para humo que abren automáticamente bocas de aireación, contacto directo con los bomberos sin intervención humana son algunos de los procedimientos tecnológicos utilizables, todos más baratos que la pérdida de vidas humanas. /

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