El 'killer" Jerry Lee Lewis
¿Pueden imaginarse a un señor que suda a borbotones golpeando con su tacón el teclado de un piano mientras cientos de jóvenes enfervorizados parecen exigirle aún más energía y brutalidad? Es de suponer que sí. Sólo hace falta pensar en la imagen entre demoniaca y angelical del Killer, de Jerry Lee Lewis.Jerry Lee Lewis tiene ahora casi cincuenta años, y de ellos, unos 34 tocando y cantando en público. Tocando al principio la batería, porque su idilio con el piano comenzaría algo más tarde, cuando en 1956 se decidió a viajar hasta Menphis (Tennessee) para hacer una prueba en la gloriosa Sun Records, de Sam Phillips. Su primer disco, Crazy Arms, no pasó más que inadvertido, pero su segunda entrega, Whole Lotta Shakin' Going On, fue el primer bombazo de una carrera gloriosa.
Ya desde estos primeros momentos la música fortísima de Lewis le convertiría, según opinión de muchos, en uno de los grandes pilares del primer rock and roll, junto a luminarias como Elvis, Little Richard, Carl Perkins, Eddie Cochran o Chuck Berry. Su tercer sencillo, el ahora clásico Great Balls of Fire, compuesto a medias (y significativamente) con el bluesman Otis Blackwell, le supuso otro enorme éxito y la muestra clara de que el joven iba a más. Lanzamientos posteriores sobre composiciones de Blackwell, como Breathless o High School Confidential, le aseguraban su continuidad en lo alto. O, al menos, eso parecía.
El punto de inflexión en esta carrera tendría lugar en 1958, cuando hubo de cancelar su primera gira por Europa a causa del sensacionalismo pariodístico británico afiado con una moral todavía victoriana que vio con muy malos ojos cómo el artista viajaba con su prima-mujer de trece años, Myra. Prácticamente expulsado del Reino Unido, se encontró en Estados Unidos con el peor recibimiento y un descrédito público que le cerraron las puertas de muchas emisoras, colleges y high schools. Así, tuvo que lanzarse a los circuitos más cutres de EE UU, como ferias de ganado.
En esta situación estuvo hasta que en 1969 volvió a un plano preferente de la mano de títulos country como Another Place, Another Time o Whats Made Milwaukee Famous (Has Made a Loser out of Me). A partir de este momento, Jerry Lee Lewis siguió teniendo éxitos ocaslonales, pero sobre todo trabajo a razón de unas 250 actuaciones al año, en las cuales, con su edad y todo lo demás, se siguio mostrando como uno de los ejecutantes más estremecedores del rock.
El verano de 1981 fue hospitalizado con problemas estomacales que hicieron temer seriamente por su vida. Todo fue una suposición precipitada, y el Asesino (muchos años antes de cualquier heavy-metal) aún puede matar, como podrá comprobarse hoy.
Recordando a... se emite hoy a las 20.30 por la segunda cadena.
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