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Un incendio provocado destruye la contabilidad de Ubesa, empresa de Renfe cuya compra propició Alejandro Rebollo

Las oficinas centrales y buena parte de la contabilidad de Unión de Benisa (Ubesa), empresa de transportes por carretera adquirida por Renfe con discutibles criterios de valoración bajo la presidencia de Alejandro Rebollo, quedaron destruidas por un incendio provocado a escasas horas de haber sido cesado el consejero delegado y antiguo propietario de la misma, Juan Juan Balbastre.

El sábado 26 de noviembre, en un hotel de Valencia, se celebró una junta general extraordinaria de Ubesa, en la que se dio cuenta de las graves irregularidades financieras y contables detectadas por la auditora Peat Marwick Mitchell en las cuentas de resultados de Ubesa en 1981 y 1982. Irregularidades que, una vez subsanadas, ha supuesto pasar de unos presuntos beneficios de 26,9 millones y 38,7 millones, antes de impuestos, a unas pérdidas reales de 64 millones y 114 millones, respectivamente. La citada junta, ala vista de estas y otras irregularidades, votó una acción de responsabilidad (ejercicio de acciones legales para resarcir a la sociedad de los da)los sufridos) contra Juan Juan Balbastre.Yenticuatro horas después de esta junta, en la madrugada del domingo al lunes, se provocó un incendio en las oficinas de Ubesa que destruyó gran parte de su contabilidad, a pesar de que el incendio fue sofocado en pocos minutos por la acción eficaz de los bomberos y el personal. Los responsables de la sociedad, ante los claros indicios de provocación del siniestro, denunciaron el hecho en comisaría a primeras horas del lunes. Por la tarde de ese mismo día, el técnico de la compañía de seguros confirmó sin ningún género de dudas, al detectar seis puntos de ignición repartidos estratégicamente por las oficinas, que el incendio había sido provocado.

Coincidiendo con el incendio, y por causas ajenas al mismo, se ha descubierto la desaparición de facturas de servicios discrecionales de transporte por un valor próximo a los 20 millones de pesetas.

Juan Balbastre se ofrece a Renfe

La adquisición de Ubesa por Renfe se inicia en 1979, cuando Alejandro Rebollo era aún subsecretario del Ministerio de Transportes. Ignacio Bayón, presidente de Renfe, acuerda con Juan Juan Bilbastre, en representación de Ubesa, la posible adquisición del 51% del capital de esta última sociedad. Para ello firman dos acuerdos. Por el primero, de fecha 27 de abril de 1979, se establece que Ubesa celebrará junta general extraordinaria antes del 30 de junio, en la que se procederá a ampliar el capital de la sociedad en un 25%, pcrcentaje que será adquirido por Renfe, que, en contraprestación por esta participación accionarial, cederá a Ubesa "los derechos de explotación exclusiva de las concesiones de las que es titular en las líneas Valencia-Alicante, Gata-Alicante y Oliva-Valencia, derechos que deben comprenderse en el sentido más amplio, si bien en el entendido de que dicha cesión no afectará la actual titularidad de las aludidas concesiones".El segundo acuerdo, suscrito entre Ignacio Bayón y Juan Balbastre, de igual fecha que el anterior, es una opción de compra del 26% de las acciones de Ubesa, de cara a que Renfe obtuviera el control de la sociedad.

En el punto segundo de este documento de opción de compra se dice que "el precio de la venta de las acciones se verificará de común acuerdo por los peritos designados por cada parte, que, caso de no llegar a un acuerdo, designarán a un tercer perito, que tendrá que tener el carácter de censor jurado de cuentas".

A continuación, el documento dice que para determinar el precio se tendrán en cuenta los siguientes conceptos: a) El haber líquido de la sociedad, considerando como tal lo que pudiera denominarse haber tangible, esto es, la diferencia entre el activo realizable y el pasivo exigible en 31 de diciembre de 1980; b) La capitalización del beneficio social, si lo hubiere, al tipo del 17,5%, considerando como cuenta de explotación la usual en este tipo de negocio y fijando para el parque de vehículos las cuotas de amortización oficiales vigentes (no se considerará amortización para los inmuebles); c) El incremento del activo intangible que se produzca a partir de hoy como consecuencia de acciones de los vendedores, iniciadas ya en estos momentos, pero que todavía no han dado fruto.

Un consejo elocuente

El 4 de marzo de 1981, siendo ya presidente de la compañía Alejandro Rebollo, Renfe celebra consejo de administración, al que asiste, según consta en acta, Ramón Díaz, delegado especial del ministro de Hacienda en Renfe. A este consejo, corno punto segundo del informe, Alejandro Rebollo lleva la adquisición del 26% de las acciones de Ubesa.Los consejeros disponen de un documento derionúnado Memoria justificativa de la adquisición definitiva del 26% del capital de Ubesa y de un informe de Eugenio González Salido, censor jurado de cuentas, "sobre valoración de determinados puntos referidos a la empresa Ubesa". En este informe se valora a Ubesa de acuerdo con los criterios a) y b), que figuraban en la opción de compra en 800 millones y 904 millones, respectivamente; pero luego aparecen sumadas ambas cantidades, dando un total de 1.704 millones.

Alejandro Rebollo explica lo importante que para Renfe es esta operación y, "tras explicar el procedimiento seguido para la valoración de Ubesa, se detiene en el análisis de los criterios seguidos para la tasación del concepto c), que figura en la opción de compra (incremento del activo intangible) y que ofrece grandes dificultades". Propone que se encargue una auditoría a Peat Marwick Mitchell; que se aplace la fijación del precio hasta conocer sus resultados, y que se entreguen a cuenta 30 millones de pesetas.

El consejero Gonzalo Ferre, a la vista de la exposición del presidente y de la documentación que se le ha entregado, toma la palabra para exponer que, a su juicio, los, criterios de valoración a) y b), previstos en la opción de compra, "no son criterios de valoración sumables, sino alternativos".

Alejandro Rebollo, el consejerodirector gerente, Juan Antonio Guitart, y el consejero Carlos Roa intervienen para abogar por que se cierre la operación sumando los tres conceptos de valoración. Gonzalo Ferre insiste en que las opciones a) y b) no son nunca acumulables, sino alternativas y optativas. El delegado especial del ministro de Hacienda, Ramón Díaz, manifiesta que en cuanto a la valoracion comparte los criterios expuestos por Gonzalo Ferre.

Ocho días antes de la celebración del citado consejo de- administración de Renfe, Alejandro Rebollo había firmado ya la compra del 26% de las acciones de Ubesa.

El documento tiene fecha del 24 de febrero de 1981, y en él figura la adquisición por Renfe de 400.000 acciones de Ubesa. Para fijar el precio de la empresa se utiliza el informe de González Salido, que adiciona los apartados a) y b) y se añaden de común acuerdo otros 693 millones en concepto del apartado c). Todo ello supone valorar la empresa en 2.398 millones de pesetas, por lo que a Renfe el 26% de las acciones le supone un costo de 666 millones de pesetas.

El informe de la auditoría. de Peat Marwick Mitchell, concluida el 4 de junio de 1981, valora la sociedad Ubesa en 603 millones, de acuerdo con la opción a), y en 715 millones, de acuerdo con la opción b). En ningún caso aparecen sumadas ambas alternativas.

El 'cerillazo'

Meses después de esta extraña adquisición, el escándalo ha vuelto a surgir. El pasado 26 de noviembre, ante la junta general extraordinaria de Ubesa, el presidente de la sociedad informa sobre la auditoría realizada por Peat Marwick Mitchell sobre los resultados de los ejercicios 1981 y 1982, que habían sido aprobados en juntas generales celebradas en abril de 1982 y junio de 1983.La citada auditora, que da cuenta de numerosas resistencias y obstrucciones con las que se ha encontrado para elaborar su informe, propone, entre otros, los siguientes ajustes:

-Ejercicio 1981: 40 millones para eliminar del activo el derecho de petición de la línea Albacete-Cartagena, que pertenece y se explota por Renfe; 21 millones, para suprimir una partida de gastos realizados en el año 1981 y que se pasaron a 1982, y 30 millones, para ajustar el precio de facturación (66,35 pesetas/kilómetro) de los kilómetros recorridos para la empresa Bacoma, al precio mínimo legal (51,9 pesetas), que fue muy superior al precio de mercado (48 o 50 pesetas/kilómetro).

-Ejercicio 1982: 15 millones, para evitar que se contabilice la venta de autocares de la empresa E. García como parte del activo y a la vez como resultados extraordinarios del ejercicio; 64 millones, para ajustar de nuevo en este ejercicio el precio de facturación de los kilómetros recorridos para Bacoma; 34 millones, para ajustar el precio facturado a Bacoma por gasóleo al consumo efectivamente realizado, y 41 millones, para computar como gasto de Ubesa, los intereses calculados al 15% anual, de los saldos de las cuentas corrientes de Bacoma, utilizados por Ubesa en 1982.

La auditoría, tras dar cuenta de los resultados reales -pérdidas- de los dos últimos ejercicios de Ubesa, señala como causas la equivocada política de adquisición de sociedades, excediéndose el consejero delegado en las facultades concedidas por el consejo, y la política de derroche seguida en los últimos años y reflejada, por ejemplo, en unos gastos de representación de aproximadamente 20 millones de pesetas en 1982 y en la existencia de nueve coches de representación, de los cuales seis eran de marca extranjera.

Los accionistas, ante estos hechos, cesan al consejero delegado Juan Juan Balbastre, acuerdan emprender acciones legales pidiendo responsabilidades, y encargan a la firma auditora que profundice en la investigación de los kilómetros y fuel facturado a Bacoma en 1981 y 1982, así como en otros aspectos. Veinticuatro horas después se produce el cerillazo.

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