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GENTE

James Mason,

un antiguo submarinistas británico, mató a una persona parecida físicamente a él para cobrar su propio seguro de vida. Mason, al encontrarse sin dinero, preparó un plan para conseguirlo. Se hizo un seguro de vida por 100.000 dólares (conviértalo el lector según la cotización del día) y comenzó a buscar a alguien que se le pareciese. Tras varias semanas de búsqueda, encontró a David Moore, le citó en su casa, lo mató fríamente y, tras vestir al cadáver con unas ropas suyas, lo arrojó por un acantilado. Ahora un juez londinense le ha condenado a cadena perpetua.

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