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Dos minutos, de gloria

Claudio Carudel, a sus 45 años, ha obtenido por 16ª ocasión el trofeo al mejor jinete

Mábel Galaz

Claudio Carudel ha logrado de nuevo esta temporada el trofeo al mejor jinete profesional de los hipódromos españoles, es la decimosexta vez que lo obtiene. Con él no resulta válida esa fórmula que dice que el 60% de la victoria de un caballo depende del yoquei. Carudel con su particular forma de montar, siempre atrás y con los estribos algo más largos de lo habitual, ha con seguido fabricarse una táctica ideal con la que gana más carreras que otros jinetes con los mismos caballos. A sus 45 años se entrena duramente para obtener cada domingo, por lo menos, dos minutos de gloria. Generalmente son más.

"No tengo una forma especial de colocarme los estribos aunque mi manera de montar es más europea que americana, ya que llevo los estribos más largos, aunque cada vez son más los jinetes que los suben. No cabe la menor duda de que acortarlos debe ser efectivo, ya que son cada vez más los jinetes que lo hacen. Dicen que de ésta manera los caballos notan menos el peso del jinete, aunque yo creo que es más difícil empujar estando así colocado. Para mí y a mi edad ya es algo tarde para cambiar, necesitaría un período de adaptación y además lo he intentado, pero no estoy cómodo y me canso más".Carudel sí tiene una particular manera de llevar las riendas. "Suelo dejarlas bastante sueltas durante el recorrido, para que el caballo vaya cómodo y apenas sienta la presencia del jinete; en la recta las recojo para poder empujar. Lo que hay que intentar a mi juicio es que el caballo disfrute corriendo, que no le duela la boca, que no le tuerzas la cabeza, que piense que va solo".

"El látigo se saca", dice Carudel, "cuando hay caballos que necesitan estimularles. Hay otros que por el contrario sólo necesitan que les des con la mano; a otros es peor que les castiges. Yo no pego mucho, pero ahora pego más que antes, porque antes tenía mucha más fuerza física. El látigo es el último recurso; no es demasiado rentable y creo que no hay que utilizarlo si puedes remplazarlo con la fuerza física".

Inteligencia y fuerza

"Yo monto detrás, primero porque estoy acostumbrado a hacerlo así. Me ha ido bastante bien, por lo menos ahí están los resultados aunque también me he equivocado; pero lo que no cabe la menor duda es que la fuerza la tiene el caballo, pero la inteligencia el jinete, y si este no sabe dosificarle el pura-sangre, cuando saliera del cajón lo haría para correr hasta cansarse. El caballo no sabe dónde está la, meta y por ello hay que ayudarle a medir sus fuerzas. Los premios normalmente se ganan en la recta, lo que hace que las carreras de espera sean normalmente más rentables que las que se va en cabeza, aunque a veces también hay que seguir esta táctica si el caballo te lo pide. Hay ejemplares remolones y hay que pedirles poco a poco, y este método no sirve".Para Carudel lo importante es la confianza en uno mismo. "Cuando estás mal, deprimido o bajo de moral, también se nota en el rendimiento de una carrera; montas mal, no estás relajado, no tienes seguridad en tí mismo, y al final el resultado es negativo. También se necesita una concentración y una dedicación completa a tu trabajo. Yo normalmente no suelo estar nervioso antes de una carrera, pero antes de ir al hipódromome encierro en un cuarto en penumbra para concentrarme y estar relajado".

"Por muy buen jinete que seas", dice Carudel, "si no montas a un caballo que tenga opción es muy difícil que ganes. La labor nuestra cuando tienes un buen caballo es la de aprovecharlo al máximo. El buen yoquei es el que no desperdicia una oportunidad, el malo es el que no sabe aprovechar la probabilidad de un caballo. Un buen jinete no gana con un mal caballo, en cambio un buen caballo con una monta regular sí puede vencer. Pero siempre hay alguna carrera en la que el yoquei pone algo más que el caballo".

"En la última edición del Gran Premio de San Sebastián, en el que monté a Balada, el trabajo fue más mío porque supe aprovechar los fallos de los demás. De diez veces que se corriera esta carrera solo una volvería a ganarla. En cambio hay otras que debí de vencer y no lo hice, como la penúltima carrera de Falla en otoño, en que me equivoqué en el recorrido."

Con Balada salió atrás y los favoritos todos en cabeza, al final fallaron las fuerzas de los primeros y Carudel se aprovechó. Lo contrario sucedió con Falla. Salió con muchos kilos y otra vez se colocó detrás, pero esta vez los kilos pudieron más que las ideas del yoquei para remontar en los últimos metros.

Si no existe un buen trabajo previo no existen los dos minutos de gloria de una carrera. En el entranemiento se observa al caballo, se le regula las fuerzas, se le frena o se le lanza según cómo se le vea. Esta tarea se hace conjuntamente entre el preparador y el yiquei. También en dos minutos se puede venir a bajo la preparación de meses por el fallo del jinete.

Compenetración

En opinión de Carudel, la conjunción se consigue cuando un yoquei tiene una gran cuadra que le permite estudiar a fondo a sus caballos. "Los jinetes que montan para varias preparaciones no conocen a fondo los pura-sangres y las posibilidades de ganar son menores. Yo por ejemplo no tengo miedo a que otro jinete monte mis caballos, ya que es muy difícil que alguno mejore la labor que yo he hecho. Me entreno muchas horas y sé perfectamente la monta que necesita cada uno, su forma de ser. Sin embargo con un caballo de otra cuadra, que no he montado, tengo que limitarme a hacer lo que me manda el entrenador; es más difícil improvisar".El entrenar a diario a un caballo puede llegar a ser perjudicial sobre todo los que tienen mal carácter. "Muchos de los caballos que monto me conocen, unos para bien y otros para mal. Por ejemplo, Leyla es una buena yegua, pero tiene un gran temperamento. Es muy nerviosa cuando yo me subo en ella, en un entrenamiento se altera porque sabe que es para pedirle que se emplee a fondo y por ello se pone más nerviosa que con un mozo de cuadra. Entonces lo que evitarnos es que sea yo quien la entrene habitualmente antes de la carrera".

En los entrenamientos se tarda un poco más en conocer a los caballos porque nunca se les pone al máximo. En una carrera se le adivinan sus cualidades y ello se debe a que por la.mañana galopan solos o a los sumo acompañados de uno o dos ejemplares, por las tardes en cambio tienen más rivalidad.

"Por el contrario a Leyla, hay caballos que te conocen y eso ayuda a ganar una carrera. Esto suelen suceder con pura-sangres muy tranquilos a los que yo puedo montar llevándolos mejor que un mozo, y por ello van más a gusto. Solar Energy es un caballo de esta clase, muy tranquilo y al que cuando hay que hacerle un trabajo muy en serio, soy yo quien lo debe monta".

El yoquei es el psicólogo del caballo. Por medio de la intuición se conoce al caballo y se le adapta una determinada monta, pero también es importante la labor del entrenador. El buen trabajo de un entrenador y de un jinete consiste en sabpr cuándo un caballo está para ganar.

"Se pueden cometer errores por las dos partes. Muchas veces un caballo es favorito porque ha tenido unas buenas actuaciones, pero baja después de valor y solo lo sabe el entrenador. El público no lo conoce y lo apuesta, pero el caballo no es el mismo. Puede. ser también que tú te equivoques o que se equivoque el caballo o que te encuentres con un caballo peor, pero que está en su mejor momento de forma. También influye el recorrido, si ha sido bueno o malo para el caballo. Hay veces que un caballo te bate, pero no lo vuelve a hacer en la vida. Esto no ocurre todos los días pero sí a menudo, y es entonces cuando los aficionados no se explican por qué ha podido ganar un caballo de poca clase a, uno muy bueno".

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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