Los casos de tortura en España no disminuyeron en 1983, según el infórme de la Asociación Pro Derechos Humanos
La Asociación Pro Derechos Humanos (APDH) denunció ayer, en la presentación de su memoria anual, que en 1983 han continuado en España los tratos inhumanos y torturas en centros estatales de detención y encarcelamiento. "Durante los últimos 12 meses", según figura en el informe, "han continuado las torturas, localizadas especialmente en algunas dependencias policiales y de la Guardia Civil, y, por el contrario, han disminuido sensiblemente en las cárceles"."De acuerdo con las denuncias recibidas por la APDH y las investigaciones que hemos realizado", dice el informe, "la práctica de malos tratos y torturas a detenidos no disminuyó, desde octubre de 1982 hasta mayo de 1983, en relación con lo apreciado en nuestro anterior informe. El hecho de que la práctica de la tortura en centros de detención estatales haya sido un fenómeno más que episódico -aunque no lo podemos calificar de sistemático- pone de manifiesto que no ha habido una actuación firme del Ministerio del Interior ni del Gobierno para acabar con este género de abusos tan denígrantes. ( ... ) Cualquier Gobierno que no preste garantías suficientes es, en principio, y desde el punto de vista político, culpable potencial de la tortura".Libre expresiónEl informe fue presentado en una corferencia de prensa a la que asistieron José María Mohedano, José Antonio Martín Pallín y Martín Pérez, presidente, vicepresidente y secretario general, respectivamente, de la asociación.
Sobre las violaciones a la libertad de información y derecho de libre expresión, las denuncias de la APDH se han limitado a los procesamientos o condenas por los jueces de periodistas, escritores o ciudadanos. "El ministerio público todavía no ha perdido ningún protagonismo en su permanente accionar contra los autores de publicaciones que entrañan una crítica severa hacia algunos órganos o miembros de instituciones armadas o judiciales del Estado".
El informe se ocupa también de las escuchas telefónicas, que han surgido con auge durante 1983, y hace especial mención del derecho de asilo y refugio, la objeción de conciencia y la marginación social.
En el informe se hacen unas recomendaciones a los poderes públicos, en las que, entre otras cosas, se pide que se supriman los preceptos legales que permiten la incomunicación durante 10 días de los detenidos, que el Ministerio del Interior controle a los funcionanos que maltraten a los detenidos y que se formule un código deontológico de la policía.
Los premios de Derechos Humanos 1983 se entregarán esta noche en él transcurso de una gala que tendrá lugar en el Palacio de Deportes de Madrid. Líber Seregni obtuvo el Premio Español Derechos Humanos 1983; Bonifacio de la Cuadra, redactor de EL PAÍS, el Premio Nacional de Periodismo Derechos Humanos; Le Monde Diplomatique en español, el Premio Internacional de Periodismo, y José Luis Pitarch, el Premio de Periodismo, Derechos Humanos y Constitución.
En la gala intervendrán Ana Belén, Indio Juan, Labordeta, Luis Eduardo Aute, Miguel Ríos, Rosa León, Teddy Bautista, Víctor Manuel y Massiel.
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