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El 'renacimiento' económico del partido de Adolfo Suárez recrudece la batalla por el centro

La batalla por ocupar el centro ante unas próximas elecciones, que discurre soterrada por la vida política española, se recrudeció ayer con la presentación pública, por Adolfo Suárez, de la nueva sede del Centro Democrático y Social, mientras, paralelamente, se filtraba a la agencia Europa Press el manifiesto del futuro Partido Reformista, impulsado por Miquel Roca y Antonio Garrigues.

"El crecimiento del CDS es imparable", dijo Suárez al presentar su nueva sede, tres pisos en un moderno inmueble céntrico en Madrid. El ex presidente del Gobierno admitió haber recibido aportaciones económicas para impulsar el renacimiento de su partido, pero negó que la ayuda provenga de los dos grandes, PSOE y AP, contra lo que se había rumoreado.El secretario general de AP, Jorge Verstrynge, declaró recientemente que, ante las próximas elecciones generales, cabe un partido-bisagra de centro y que tal partido sólo podrá ser el CDS, nunca el Reformista de Roca y Garrigues. Esto, junto con el reciente viaje de Suárez a América Latina, investido de la dignidad de cuasi embajador extraordinario, desató los rumores acerca de una pretendida operación tendente a potenciar el CDS para contribuir al hundimiento del aún no nacido Partido Reformista. Suárez negó tajantemente tales rumores: "No he participado", dijo, "en ninguna conversación para entorpecer la operación Roca". Suárez negó cualquier posibilidad de un entendimiento con los reformistas.

Verstrynge admitió recientemente su deseo de potenciar al CDS como partido-bisagra. Tales aspiraciones parecen chocar frontalmente con las expresadas recientemente por el presidente del Partido Demócrata Popular, Óscar Alzaga, coligado con AP. Alzaga subrayó hace una semana que el PDP es ya el centro político, y que este centro solamente podría potenciarse con la entrada en la Coalición Popular de nuevos miembros (refiriéndose, inequívocamente, a los liberales de la ahora disuelta UCD).

Paralelamente, la agencia Europa Press difundió ayer el manifiesto político del Partido Reformista, que no celebrará su congreso constituyente hasta la primavera, aunque para el próximo día 18 tenga planeada una cumbre en Madrid de sus dirigentes. El manifiesto subraya las diferencias del PR tanto con los conservadores como con los socialistas, y se decanta por una ideología liberal-progresista. Uno de sus puntos esenciales se basa en la denuncia del monopolio televisivo ejercido por el poder político.

La coexistencia de todas estas operaciones, que buscan copar cuanto antes el espacio político de centro ante las elecciones de 1986 -o de finales de 1985, según aseguran Fraga y Verstrynge-, muestra la persistencia de un hueco electoral entre las dos principales formaciones políticas españolas. Todo indica que la mayor parte de las operaciones e intentos que vayan a realizarse en los próximos meses tendrá ese centro como destinatario, y que la batalla previa entre un CDS potenciado económicamente y un PR que lucha por salir a la luz acabará con una de las dos formaciones. Por otra parte, los criterios sobre lo que debe ser el centro, con diferencias apreciables entre los dirigentes de AP y los del PDP, pueden crear algunas fricciones en la Coalición Popular.

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