Razón y fuerza
El pasado día 25 de noviembre, en el programa televisivo La clave, al escuchar al teniente coronel Manuel Fernández Monzón pude darme cuenta de que militares como éste no sólo no saben lo que es ser demócrata, sino que además ignoran lo que son las más elementales normas de educación y respeto a los demás. El señor Fernández Monzón, acostumbrado como está a imponer su criterio "por galones", que no con razones, perdió la compostura simplemente porque la joven poetisa Blanca Andréu, "en una clara falta de respeto", cometió la osadía de no estar de acuerdo con él. Este militar, además de tratar de tú, sin apenas conocerles, a todos los civiles allí presentes, creyéndose que eran soldadaditos a su mando, se pasó todo el programa hablando del cáncer (no se atrevió a llamarlo por su nombre) que padece España, dando a entender que sólo lo padecen los militares (¿qué pensarían los empresarios vascos?) y que, por tanto, la solución únicamente la tienen ellos. Naturalmente, la solución que insinuaba el señor Fernández Monzón es la más fácil, injusta e irracional que se puede tomar. Olvida este caballero que el cáncer del terrorismo ETA, que sufrimos todos los españoles, es, por desgracia, la consecuencia de otro cáncer mucho más temible y antiguo, el golpismo, pues no debe ignorar este señor que ETA surgió como respuesta a la tremenda represión implantada por un golpista famoso: Franco. Si no hubiera existido este golpista, ETA no habría nacido nunca.Por último, quiero decirle al teniente coronel Fernández Monzón que para poder asistir a un coloquio en televisión no basta con vestirse de paisano; mucho más importante es quitarse el uniforme de la cabeza y aprender a saber imponerse por la fuerza de la razon, y no por la razón de la fuerza que da el saberse un alto mando militar./
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