La esencia del fútbol

Llega el fútbol espectáculo. Castilla y Bilbao Athlétic son dos equipos que juegan para divertirse. Por muy bien que lo hagan nunca podrán recibir el premio del ascenso. No tienen figuras millonarias, sus jugadores no saben todavía lo que es esconderse, porque sólo quieren llegar a los equipos grandes, y se dedican a deleitar. Con el Castilla y el Bilbao Athlétic, por ejemplo, el fútbol ha vuelto a descubrir sus esencias.Las fichas millonarias, el interés de los puntos por encima de cualquier otro principio -"me conformo con ganar en el último minuto y de penalti injusto"- y la pasión en las gradas han colocado al fútbol en situación propicia para la suspensión de pagos. Dos equipos filiales es muy posible que vuelvan a demostrar esta tarde en el Bernabéu que el fútbol todavía puede ser deporte.

Dentro de unos años bastantes protagonistas de hoy -quizá algunos ya lo sean- serán figuras. Y habrán perdido en el camino muchas de sus virtudes. Pero hoy sólo quieren ser alguien. Y esa sana ambición les ha llevado a formar unos conjuntos envidiados por los rivales, no sólo por vivir de nodrizas importantes. Y es que muchos todavía no se han dado cuenta de que el fútbol, para que vuelva a interesar, hay que hacerlo fácil y humilde, aunque sea a costa de sacrificar un tiempo los resultados. Así también se educaría a los hinchas. Tan fácil y humilde como que once chavales salgan a jugar hoy con el único propósito de hacerlo, simplemente, tan bien como sean capaces.