Oposición generalizada al plan de reconversión en electrodomésticos de línea blanca
Los empresarios del sector de electrodomésticos de línea blanca, centrales sindicales y ayuntamientos del Baix Llobregat rechazan los acuerdos adoptados el pasado 27 de octubre por la Comisión Ejecutiva del Plan de Reconversión de la Línea Blanca del sector electrodomésticos. La aplicación de dichos acuerdos, basados en la tercera opción prevista en el estudio Mckensey sobre el sector, significaría el cierre de varias empresas, entre las que destacan Nueva Bru, Benavent y el desplazamiento de la línea de producción de frío de Corberó hacia un grupo multinacional encabezado por Segad-Phillips, con la consecuente pérdida de 1.200 puestos de trabajo en el Baix Llobregat.
La decisión tomada por la Comisión Ejecutiva del Plan y la Comisión Delegada de Asuntos Económicos marca unas líneas de ajuste drásticos, en razón de las cuales se determina el cierre y, por tanto, su no inclusión en el Plan de Reconversión de Nueva Bru y Benavent. Al mismo tiempo se aprueban la concesión de 5.000 millones de pesetas con cargo a los Presupuestos Generales del Estado para financiar bajas incentivadas, con la recomendación de que si esas indemnizaciones no se realizan antes de finalizar el presente año, se procederá a iniciar expedientes de resolución de contratos.La solución Mckensey estimada prevé la reestructuración del sector en base a la constitución de tres grandes grupos: Ulgor, que comandaría las empresas situadas en el País Vasco (Fagor, Fabrelec y Maye); Ibelsa-Zanussi, que encabezaría el sector en Navarra (Orbaiceta y Mepansa); y Segad-Phillips, que se haría cargo del grupo catalán (Balay, Corberó y Domar).
Rechazo de Corberó
Esta solución es rechazada por Pedro Corberó, presidente de Participaciones Industriales, S A (Painsa), que controla las empresas Corberó, Domar y Nueva Bru. Corberó ha manifestado que "no podemos aceptar que se pretenda polarizar la industria española de este ramo en tres únicos grupos, cuyos líderes serían las multinacionales Phillips y Zanussi, y la cooperativa Ulgor".En un estudio interno realizado por Painsa, y al que ha tenido acceso EL PAIS, se señala la disconformidad con el estudio Mckensey, del que se dice que "podemos benévolamente calificarlo de superficial e influenciado claramente por los intereses de las multinacionales". Y se indica que las conclusiones del mismo son "utópicas y perjudiciales para los intereses de la economía española".
La constitución de estos tres grupos para la reestructuración del sector es calificada por Painsa como un "despropósito", y se se fiala que el grupo encabezado por Ibelsa-Zanussi -que, según la solución recomendada, absorbería a la sociead Sogefesa (Orbaice ta)-, con una plantilla de 5.900 personas y una facturación de 24.000 millones de pesetas en 1982, arrojó en su conjunto un cash flow negativo de 3.400 millones de pesetas. Contrariamente se señala que el grupo Corberó-Domar, con una plantilla de 2.150 trabajadores y una facturación de 15.388 millones de pesetas, arrojó en el mismo período de 1982 un cash flow positivo de 173 millones de pesetas.
Según el informe de Painsa, la aplicación de la tercera opción Mckensey perjudicaría a los intereses industriales del sector catalán de electrodomésticos, ya que "Cataluña, por haber sido pionera en la reconversión se ve sucesivamente castigada". Señala asimismo que Ia plantilla del sector en Cataluña era de 5.200 personas al inicio de la reconversión". Según el estudio Mckensey, la reducción de puestos de trabajo en Cataluña prevista en la nueva restructuración es de 1.450, que, sumados a los 1.200 ya perdildos, superarían el 50% de los puestos de trabajo que había al principio de la reconversión. Mckensey prevé en su estudio una reducción que oscila entre el 29% y el 31% del total de la plantilla del sector en España.
La integración de Corberó en un grupo multinacional, perdiendo la posibilidad de encabezar un hipotético grupo catalán de la línea blanca de electrodomésticos, es rechazada por Painsa "porque tenemos voluntad empresarial y consideramos que los planteamientos del grupo Corberó son plenamente viables a escala europea". Corberó defiende "mantener una identidad industrial autóctona con defensa a ultranza del peso del sector catalán en el contexto del mercado nacional".
La propuesta de Corberó-Painsa defiende que la reconversión debe hacerse "sobre un mínimo de cuatro grupos v encontrarse la forma de restablecer los respaldos financieros a nivel de Cataluña, cegados por la desaparición del grupo Banca Catalana".
Desmantelamiento
En una resolución de la Comisión Ejecutiva Comarcal de Comisiones Obreras se señala como resumen que Ia opción de dar a Corberó un papel secundario y las decisiones anteriores respecto al cierre de Crolls, Nueva Bru y Benavent, caso de que llegaran a aprobarse en Consejo de Ministros, representaría el desmatelamiento del sector en Cataluña". En la misma resolución se señala que la pérdida de otros 1200 puestos de trabajo "en una comarca con una tasa de paro -40.000 trabajadores- cercana al 30% de su población activa, las repercusiones que tendrá serán desatrosas". El sindicato rechaza la reducción de estas plantillas "puesto que la reestructuración del sector puede considerarse realizada", y anuncia "iniciar un proceso de movilizaciones en la comarca. que eviten la consumación de los acuerdos de la Comisión Ejecutiva del Plan".En parecidos términos se ha manifestado la Federación del Metal de la Unión General de Trabajadozes del Baix Llobregat, para la que el plan Mckensey no es ni más ni menos que un estudio que hay que desarrollar sin traumas.
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