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Fuertes ataques a Felipe González y a Gerardo Iglesias en un mitin de los comunistas prosoviéticos

Constantes ataques a Felipe González -"un señorito andaluz"-, a la "Prensa manipuladora bajo el control del Gobierno socialista", a Gerardo Iglesias, a Santiago Carrillo, al "gánster" Ronald Reagan y al presidente de la patronal, Ferrer Salat, jalonaron ayer el mitin Por la reconstrucción y la unidad del Partido Comunista, presidido por el ex dirigente del PCE Ignacio Gallego. "Felipe ya ha votado sí en el referéndum sobre la OTAN", aseguró Gallego, vitoreado por unas 2.500 personas que llenaban un cine de barrio madrileño.Tanto Gallego como el dirigente de CC OO Fidel Alonso o el presidente del Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC), Pere Ardiaca, en sus intervenciones no olvidaron destacar las "manipulaciones" de la Prensa, que presenta como prosoviéticos sus intentos de crear un partido comunista marxista-leninista internacionalista. Presidido por una pancarta en la que, sobre el mapa de la URSS, se leía ¡Viva la Revolución de Octubre!, el mitin comenzó a los acordes de una grabación de los coros del Ejército ruso y concluyó con una frase de Gallego: "Puedo respetar todas las banderas, pero la que de verdad me estremece es la roja del comunismo".

Ni Pepa Flores, Marisol, ni su marido, Antonio Gades, ni Francisco García Sabre, firmantes del manifiesto Por la reconstrucción y unidad del Partido Comunista, asistieron al acto, en el que sí ocuparon, en cambio, lugares destacados el director cinematográfico Eloy de la Iglesia y el protagonista de su última película, José Manuel Cervino, así como el autor teatral José Carlos Plaza.

Fidel Alonso, representante del ala dura de CC OO, fue quien más entusiasmo mostró hacia los paí ses socialistas, "donde no hay paro ni la crisis afecta a los trabajadores. Hay que evitar una provocación que puede llevar a la necesidad ineludible de una respuesta soviética. Nosotros no podeimos pedir a los soviéticos que, si ven a su pueblo arnenazado por los misiles americanos, no se defiendan". Más tarde, Gallego agregó que el Pacto de Varsovia desaparecería en 24 horas si los Reagan y compañía no estuvieran interesados en mantener la tensión". Criticó reiteradamente la invasión de la isla de Granada, "contra un pueblo que quería determinar su propio destino", pero nada dijo de casos anteriores, como Afganistán.

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