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El sector público, tras adquirir el 11%, entra en la pugna entre Iberduero y FECSA por Eléctricas Reunidas de Zaragoza

La Empresa Nacional Hidroeléctrica del Rihagorzana (ENHER) ha incrementado recientemente del 6 al 11% su participación en el accionariado de Eléctricas Reunidas de Zaragoza y parece haber recibido instrucciones de su nuevo dueño, la Empresa Nacional de Electricidad (Endesa), para mantener un papel activo, incluso de árbitro, en la pugna que libran Iberduero y FECSA para controlar esta sociedad. El punto muerto al que se ha llegado en lo que se conoce como la batalla del Ebro ha congelado simultáneamente el proceso de negociación abierto, con el beneplácito del Gobierno, para proceder a una fusión de las firmas catalanas del sector, aparentemente ante los problemas políticos y regionalistas que plantea la integración.

La presencia de ENHER en la compra secreta de acciones de Eléctricas Reunidas de Zaragoza se remonta a hace tiempo, aunque sólo recientemente la citada sociedad recibió autorización del Gobierno, vía el Ministerio de Industria y Energía, para incrementar su participación hasta el 11%. Con este porcentaje, que deja al sector público como tercero en discordia en el control de la sociedad, ENHER, reclama ahora la presencia de un consejero en la sociedad, con derecho a voz y voto, extremo al que antes no podía aspirar.Con el 11% del accionariado, el sector público se ha convertido, según interpretaciones solventes, en el árbitro de la pugna entre Iberduero y Fuerzas Eléctricas de Cataluña (FECSA), que ostentan ahora un 20% de las acciones cada una. La apreciable presencia de Endesa en esta batalla parece haber detenido, sin embargo, las prisas catalanas y vascas por el control de la firma aragonesa y, simultáneamente, ha introducido nuevos elementos en el viejo proyecto de reordenar el sector eléctrico catalán mediante la fusión de las principales firmas del ramo. Este proyecto se ha visto influenciado sobre todo por la operación de venta a Endesa de la totalidad de acciones eléctricas que poseía el Instituto Nacional de Industria (INI), ya que ha resuelto momentáneamente muchos de los problemas de ENHER.

Medios del sector estiman que el viejo proyecto catalán se encuentra nuevamente archivado, en parte por las reticencias de algunas entidades financieras -concretamente, Central y March- para que el proceso se decante sin que FECSA mantenga un papel preponderante en la operación, de forma que se convierta en el armazón de la émpresa única eléctrica catalana. No obstante, los mismos medios estiman que existen razones objetivas para seguir adelante con este ansiado proyecto, que tendría efectos saludables para la optimización de los recursos eléctricos catalanes y de alivio en la presión financiera que soportan las sociedades eléctricas de la región, como FECSA e Hidruña, con elevados endeudamientos y con un coste de su financíación superior al, 34% en algunos momentos.

Presencia pública

Al margen del escaso interés por la operación de ciertas entidades financieras, algunos medios consultados se sorprenden por la inusitada actividad del sector público-leáse ENHER-Endasa- para mantener viva una presencia activa en la batalla del Ebro entre Iberduero y FECSA. Ahí se apunta como pausible explicación el interés del INI, y por extensión del Ministerio de Industria y Energía, de optimizar el suministro de energía eléctrica en la zona catalana y aragonesa, donde empresa,s como Seat, del lado público, o General Motors, en el privado, se ven en la incongruencia de mantener contratos de suministro con varias sociedades eléctricas. También se señala una intención Úe presionar sobre Alegre Marcet por parte pública.En la pugna, según apuntan otras fuentes, puede tener su importancia el diferente posicionamiento que los presidentes de Iberduero y FECSA, Manuel Gómez de Pablos y Juan Alegre Marcet, respectivamente, mantienen en las tensas negociaciones globales,que el sector eléctrico libra en estos días con el Ministerio de Industria y Energía para la reordenación del sector a nivel estatal. Negociaciones que, según fuentes de la patronal eléctrIca, están en trance de romperse por el distanciamiento entre Alegre Marcet y Solchaga, sobre todo por el parón nuclear.

Aunque la sangre parece no llegar al río, topdavía, el rumor de una previsible candidatura del actual presidente de Endesa y ENHER, Julio Calleja, a la presidencía de Unidad Eléctrica (Unesa), la patronal del sector, parece azuzar indirectamente el carácter personalista de un viejo duelo empresarial y de un proyecto que, pese a todo, parece tener una coherencia económica evidente, como es la necesidad de unificar y armonizar el funcionamiento del sector eléctrico catalán.

El nombre de Julio Calleja, como aspirante a la presidencia Oe Unesa, ha salido recientemente a la luz como un tercero en discordia, frente al deseo de Alegre Marcet de seguir en su cargo y a la creencia de que Manuel Gómez de Pablo pueda ser algún día su sustituto. Previamente, sin embargo, y en cumplimiento de la tesis gubernamental de que el presidente de Unesa no debe simultanear su cargo con el de una empresa, como era práctica habitual, Calleja dimitiría de ENHER y Endesa, dando paso a las citadas presidencias a un tapado, en este caso tapada, ya que se trataría de una mujer. La aprobación del Plan Energético Nacional (PEN) por el Parlamento sería el momento elegido para los reemplazos, según estas interpretaciones.

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