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El congreso de CNT, sector de Valencia, aprueba su participación en la política de concertación

La CNT, sector de Valencia, defenderá su presencia institucional en la Administración y en los pactos sociales que se planteen en el futuro, según las resoluciones aprobadas en su VIII Congreso, clausurado ayer en Madrid. El sindicato anarquista ha rechazado la integración orgánica dentro de la CNT de colectivos marginales, aunque defenderá sus reivindicaciones específicas. Carlos Ramos, de Madrid, salió elegido como secretario general, sustituyendo a José María Berro, que por motivos personales ha preferido no presentarse a la reelección.

Las resoluciones aprobadas en el VIII Congreso de la CNT sitúan a la organización anarquista en una dinámica sindical muy semejante a las de los otros dos sindicatos mayoritarios, CC OO y UGT. Sus diferencias parecen centrarse, a partir de este, congreso, en su independencia política y su objetivo de sociedad sin clases y sin Estado. Además de la concurrencia a las elecciones sindicales que se celebren -y que la CNT, sector de Valencia, venía ya llevando a cabo-, su petición de estar representada a nivel institucional y su participación en la negociación colectiva responden al deseo de convertir a la CNT en la tercera fuerza sindical.La participación de la CNT en la política de pactos ha sido aceptada con matizaciones, según expresó el nuevo secretario general, Carlos Ramos. Así, la CNT está dispuesta a discutir con la Administración y las organizaciones patronales, pero no a aceptar pactos que no hayan sido aprobados por la base. De acuerdo con las palabras de Carlos Ramos, la CNT prefiere la negociación colectiva directa, sector a sector o empresa a empresa.

La CNT se muestra partidaria de estar representada a nivel institucional y desea ser consultada en toda la reforma legislativa anunciada. Para Carlos Ramos, el que la CNT participe en organismos como el Instituto Nacional de Empleo (Inem) o el Instituto de Mediación, Arbitraje y Conciliación (IMAC) tiene un doble objetivo: por un lado, tener acceso a datos que actualmente obran en poder del Gobierno, y, por otro, conseguir llevar a estas instituciones la postura de la central anarquista. Este segundo argumento sirve también para justificar su presencia en las mesas de concertación. Para la CNT, es el único vehículo por el que el Gobierno conozca las posturas del sindicato.

Colectivos marginales

No obstante, Carlos Ramos inlistió en que la participación sindical de la CNT no significa el abandono de otros instrumentos de lucha, como la huelga. Y señaló que el congreso había realizado una dura crítica a la política de pactos que hasta ahora se ha venido propiciando en nuestro país.Uno de los aspectos que mayor polémica levantaron en el congreso clausurado ayer fue el de la estructuración orgánica de colectivos que tradicionalmente se han visto representado en la CNT: ecologistas, feministas, pacifistas, marginales. El congreso aprobó finalmente que, como tales colectivos, no debían estar estructurados en una organización sindical; sin embargo, el congreso aprobó que la CNT asumía sus reivindicaciones y su presencia en la organización a través de cada sindicato.

La reunificación con el sector aperturista de la CNT-AIT, aprobada también en el congreso, se llevará a cabo tras un período de debate en las.bases de ambas facciones que culminaría en un congreso extraordinario a celebrar en la próxima primavera.

La reunifÍcación no sería completa. El sector de la CNT-AIT, contrario a la participación institucional, quedaría como elemento testimonial. Seguiría habiendo dos CNT, y el Jargo y complicada proceso de las siglas seguiría sin resolverse. Las dudas en cuanto a la propiedad de las siglas CNT es uno de los argumentos que han venido manejando los diferentes Gobiernos para no proceder a la entrega de su patrimonio histórico.

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