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Alicia Audisio, presa en Yeserías

Se casó en la cárcel de mujeres de Madrid con Manuel Escudero, su compañero en 40 presuntos delitos, también recluso

Alicia Audisio, 19 años, presa en Yeserías, se casó a finales de septiembre con Manuel Escudero, 26 años, interno en la cárcel de Carabanchel de Madrid. Ella le esperaba en el recinto penitenciario de mujeres con un traje de novia blanco, que le había prestado una funcionaria. Manuel, vestido de traje de chaqueta azul marino y sin corbata, llegó en un coche celular. Rodeados de policías nacionales,presidiarias y funcionarias, Alicia y Manuel fueron casados por lo legal por Jaime, el párroco de la cárcel de mujeres de Madrid. La fiesta se celebró allí mismo, con botellas de cerveza y latas de espárragos compradas en el economato. Era la segunda vez que Alicia y Manuel contraían matrimonio. La primera vez fue una boda gitana, en Gijón, cuando ella tenía 11 años y él 18.

"Fue un día grande y por fin pudimos estar juntos", comenta sonriente Alicia Audisio. Hacía 14 meses que la policía había detenido, durante un atraco a una peletería madrileña, a Manuel Escudero, y poco después, cuando fue a comisaría a llevar los documentos de su pareja, a Alicia Audisio. A ambos la policía les acusó de haber perpetrado conjuntamente 40 robos con intimidación en los primeros meses de 1982. Desde entonces sólo se habían visto en la celebración de tres de los 24 juicios que tienen pendientes, puesto que los jueces denegaron el procesamiento de la pareja en 16 casos por falta de pruebas.El 20 de septiembre hubo boda en Yeserías. La ceremonia religiosa se celebró a las cinco de la tarde. Luego los recién casados dispusieron de dos horas de comunicación vis a vis. A las ocho, Manuel Escudero fue introducido de nuevo en el furgón celular con destino a Carabanchel, donde está ahora. En la cárcel de mujeres quedaron los padres y hermanos de Alicia, las siete u ocho amigas de reclusión, las funcionarias, el criminólogo, el párroco y la recién casada, que continuaron la fiesta con una divertida cena.

"Nos casamos para poder vernos más y porque aquí, en la cárcel, te vuelves fría e indiferente a todo, y saber que eres querida es muy importante. Y también es muy humillante que alguien en comisaría te diga: 'Tú no estás casada, la boda gitana no vale, estáis arrejuntados'". Sin embargo, Alicia y Manolo no se han vuelto a encontrar desde el día de la boda por problemas burocráticos, ya que en teoría tienen derecho a una comunicación cada 15 días y un vis a vis al mes. "Espero que nos podamos ver más a menudo, y también quiero que salgamos en libertad a la vez".

Alicia y Manuel se conocen desde niños, cuando jugaban juntosen el barrio de La Salina, de Gijón, de donde son ambos. "Él me defendía ante todo el mundo". Cuando fueron más mayores se casaron a la usanza gitana, siguiendo la tradición de la familia Escudero. Al año de casarse tuvieron un hijo, que ahora está con sus abuelos en Gijón. La situación económica de la pareja era apurada en su ciudad de origen y por eso decidió trasladarse a la capital de España en busca de trabajo. Algunas escaleras que fregar para ella y, de vez en cuando, algún camión que descargar al amanecer en el mercado de Legazpi para él. Un día unos amigos les ofrecieron caballo. Tras una larga noche de conversación, pues la sinceridad y el diálogo es la base de nuestro amor", deciden probarlo. Quedan enganchados y tienen que buscarse la vida por caminos peligrosos.

Cuando Alicia entró en Yeserías pesaba 39 kilos y su dosis de heroína estaba en dos gramos diarios. Ha engordado en la cárcel 16 kilos y no quiere saber nada de drogas ni de atracos. Es una chica ingenua, sincera y vitalista que dice: "Quiero levantarme una mañana y pensar que todo ha sido una pesadilla, y oír respirar a mi marido". En la prisión madrileña de mujeres, Alicia está estudiando graduado escolar, porque "en la calle vives tan aprisa que no te da tiempo a nada".

Alicia no niega que haya participado en algunos hechos delictivos con el que ahora es su marido ante la ley. "Cuando estás con el mono te vuelves una fiera, no ves a nadie y no sabes ni lo que haces". Ella en alguna ocasión era la encargada de permanecer fuera de los locales asaltados para dar el agua, o sea, avisar de la llegada de la policía. Pero la joven rechaza que hayan atracado tantos establecimientos ,como dice la policía. "Si fuera así tendríamos al menos dinero para podernos pagar abogados, y no losYa se han celebrado tres juicios contra la pareja. En uno fueron absueltos. En, los dos restantes, Alicia fue condenada a un total de ocho años, cuatro meses y dos días. Espera, no obstante, salir antes de ese tiempo y recomenzar una nueva vida junto a él; porque, para esta chica, la distancia no es el olvido y "el amor no sabe de condenas ni de cárceles".

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